¿A qué te sabe el café? [Yoonseok]

Frozen

Hoseok suspiró pesadamente y cerró los ojos, contando hasta un millón en voz baja.

Sí, el calor era espantoso, tendría que llamar a alguien que revisase el aire acondicionado; Yoobin al fin se le había declarado a Hansol y toda la cafetería ya se había enterado gracias a su tono de voz demasiado alto; y sí, Hoseok no podía concentrarse en hacer siquiera un círculo medianamente decente, pero no pensaba salir a imprimir porque la hoja a color estaba muy cara.

El castaño sabía, y Jiwoo no dejaría de recordárselo toda la vida, que dejar su proyecto de Estadística para la última semana era una idea estúpida; sin embargo, podemos apreciar la desesperación del joven de veintiún años tratando realizar un diagrama de Venn; en la arrugada hoja hay un montón de rayones por aquí y por allá, no obstante, lo más impresionante resulta el enorme borrón en la esquina superior izquierda, que muestra las veces que el chico ha intentado hacer un círculo perfecto.

Escondió el rostro entre las manos; sus codos reposaban sobre una de las mesas circulares que tenían cerca del mostrador del alegre local. Recuerda haber escogido los diseños junto a su madre; color hueso, con el contorno de una taza humeante en negro que parecía hecho de betún, y esta se sostenía sobre un bastón de madera color marrón que combinaba con los colores otoñales que predominaban.

El verano estaba en su punto, las vacaciones más esperadas por niños y adultos; los dos meses que suponían el mayor éxito de aerolíneas, parques de atracciones, albercas, heladerías, entre otros establecimientos; mientras que se esperaba justo lo contrario para las cafeterías o pistas de patinaje.

Por ello, Jung Jiho, madre de Hoseok y dueña de Daydream desde que fue fundada hacía cinco años, alternaba sus menús apenas cambiaba el clima; si bien siempre salía con alguna novedad o monería que le resultase atrayente, el verano estaba hecho para vender cosas frías, tales como nieve, batidos helados y la variedad de bebidas que su hermana preparaba como si hubiese nacido para ello.

Hoseok se levantó de su asiento y dio tres pasos para quedar frente a la barra que también fungía como mostrador; echó la mitad de su cuerpo sobre ésta bajo la mirada reprobatoria de Jiwoo, quien secaba uno de los vasos de vidrio con un trapo. El menor de los hermanos Jung tomó uno de los envases de crema en polvo y le dedicó una sonrisa a su hermana mayor, quien se limitó a rodar los ojos, sonriéndole igualmente. Ese niño irresponsable...

Regresó a su asiento triunfante y utilizó el fondo del bote para guiarse; un circulo, ¡finalmente!

Trazó uno más a la derecha y escuchó la campana de entrada sobre la risa de Yoobin y sus dos amigas, levanta la mirada y se encuentra con Seunghee, quien le sonríe en forma de saludo y se acerca a pasos chiquitos hacia Jiwoo para pedir un latte como suele hacer. Hoseok vuelve la vista a su trabajo, pero puede imaginar a la chica girando su cabeza hacia la derecha y posteriormente a la izquierda, casi como si estuviese a punto de robar el local, y después tomaría entre sus manos la cola de cabello que llevaba desde la parte más alta de su cabeza, acariciando su suave y largo cabello de un castaño clarísimo.

Negó con la cabeza e intentó concentrarse; esa era una de las costumbres que le notó a la chica que llevaba como clienta desde que abrieron; pues en los inicios de Daydream, que fueron a la par que Hoseok inició la preparatoria, estaban situados en la entrada de la casa de los Jung, la cual estaba una cuadra bajo el instituto, y Seunghee, al ser la bolita de sol que era, no podía no comprarles a sus vecinos de toda la vida.

"¿Es un trabajo de recuperación?" preguntó la dulce voz a su lado.

"¡Claro que no es de recuperación!" escandalizó Hoseok volteándose para mirar a Seunghee con ojos entrecerrados. "Es el trabajo final" explicó y ella lo miró con incredulidad. "La siguiente semana será de exámenes y trabajos finales, ¿sabes?, ¿por qué siempre preguntan lo mismo cuando en la Universidad de Gwangju hemos salido una semana después toda la vida?" bromeó bufando.