Otro día más adentro del transporte escolar.
Fingir simpatía empezaba a ser cansado. Me aburría.
Ya iban varias veces en las que había pedido a mis padres que me cambiaran de escuela, a una donde no tuviera que convivir, una donde no me prestaran atención, pero siempre se negaban.
Poco a poco tuve que adaptarme a la idea de pertenecer a este pequeño y ruidoso grupo de 8º, donde todos creían conocerse, y, según Andrés, eran muy unidos.
Claro, todos menos yo, el chico que se oculta tras su capucha y la chamarra de la escuela.
Todos los días podía ver claramente los diferentes grupos de amigos que se formaban en el salón.
Estaba el grupo A, conformado por las populares y "buenas ondas" del grupo, siempre con sonrisas y risas falsas, seguido por el D, en el cual la mayoría de los críos criticones se juntaban par que se hiciera notar su, a ojos de los demás, genialidad, aunque lo único que yo veía era como resaltaba su ignorancia. Luego venían los grupos más normales, para mi los menos patéticos, aunque claro, había excepciones. Era en el C donde se reunían los que tenían conocimientos, que hablaban de cosas simples pero entretenidas. Ellos vivían en su propio mundo, apartados de las burlas y críticas que iban dirigidas a sus miembros, más sin embargo a ellos no parecía importarles. Por último, se sentaba al fondo del patio el grupo. Eran puras chicas, aparentemente ruidosas, las que solían traer sus risas sinceras a todos y cada uno de los lugares a los que iban. Yo suelo sentarme en la escalera de al fondo, detrás de ellas, para poder escuchar todas sus tonterías que a veces logran sacarme pequeñas sonrisas.
Al final, el A, B, C y D se juntan para formar el grupo de 8º, a simple vista, con un ambiente muy agradable y tranquilo, el cual oculta todos los secretos que cada persona tiene guardados.
Y ¿dónde es que estoy yo, en medio de tantas almas reunidas en un solo patio?
Bueno, me quedo apartado, dedicándome a observar, meterme en la vida social que no he logrado tener.
Todavía sigo sin poder comprender como es que les resulta a las personas tan fácil convivir con otras. A pesar de ser tan diferentes, logran juntarse, no sol por sus gustos compartidos, sino también por que les agrada la persona que esta oculta, más allá del físico.
O tal vez simplemente quieren usarte.
Hay algo en los humanos que nos impide amar realmente, nuestra propia naturaleza.
Desde los principios al hombre le ha atado esta característica. Siempre ha existido. El egoísmo.
Algunos suelen pensar que lo central es el amor, cuando en realidad todo gira en torno a ti mismo.
Cualquier cosa que busquemos nos lleva a nuestra propia felicidad.
Venganza, odio, alegría, amor. Todos y cada uno de los sentimientos, sus razones, se reducen a una sola palabra. Yo.
La vida, al fin y al cabo, se trata de eso. Acerca de ti, y como se van desarrollando los hechos.
Incluso si buscas la felicidad de alguien más, ¿nunca te has preguntado el porqué? ¿realmente piensas en él o ella, o es que hay detrás una razón que te afecta?
Un lugar sin egoísmo ya no sería lo que llamamos mundo.
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Actuación
Short StoryLas personas pueden ser muy falsas. Sonreír sin realmente estar felices, llorar sin sentir remordimiento o tristeza alguna. La palabra hipócrita esta pintada en cada ser humano. Hay que aceptar que todos tenemos dos lados. Two-shots