Capitulo 1

2.7K 159 36
                                    


Eran las 5 de la tarde, la atmósfera tenía un cálido color naranja. Había pétalos cayendo de un árbol de cerezo. De bajo de un árbol había una chica de cabello negro, quién tenía su mejillas rojas y jugaba con sus manos con su mirada hacia el césped. Ella empieza a escuchar como unos pasos acelerados se van acercando cada vez más y más. Al levantar su mirada se encuentra a un chico quien se detiene bruscamente y se inclina hacia delante mientras colocaba sus manos sobre sus piernas, que al mismo tiempo trataba de recuperar el aliento. La muchacha se acerca a donde él tímidamente.

-¿Fuiste tú quién colocó la nota en mi casillero?

-Si, fui yo Senpai.

-¿Dime para que me mandaste a llamar?

-Hay algo que quiero decirte.

Diciendo está como casi un suspiro, la chica cerró los ojos y llevó sus manos a su pecho.

-Senpai, quiero decirte que tú me gustas mucho, es más ¡te amo! ¡Te amo desde el día en que nuestros caminos se cruzaron!

-Yo... yo también - le respondió el chico mientras le sonreía dulcemente.

-¿Lo dices en serio? - le preguntó la chica y sintió cómo las lágrimas de felicidad se formaban en sus ojos.

-Si lo digo enserio, nunca me imaginé que en la vida me llegaría a encontrar a una chica tan dulce cómo tú.

-¡Senpai me haces tan feliz! Te amo por siempre Taro Yamada.

-Te amo, Ayano Aishi.

***
La alarma de un despertador se oye de repente, una chica de cabello negro abre lentamente sus ojos. Deja salir un pequeño bostezo y regresa a ver al despertador con el ceño fruncido. Maldito objeto que la había despertado del mejor sueño que había tenido en su vida. Ayano tenía la esperanza de que llegaría el día que ese sueño se volviera una realidad.

Desde pequeña no ha sido capaz de sentir ninguna clase de sentimiento, algo que llevó a su padre a una depresión. Por lo que por el bien de su progenitor, decidió fingir ser alguien "normal", por más que en su interior se sintiera alguien vacía sin ningún propósito en la vida. Todo eso cambió cuando al fin encontró a su senpai. El encuentro fue de lo más simple, ella no se esperaba que la situación se daría con un pequeño accidente que a cualquiera le pudiera pasar. Nunca olvidará esa mirada de preocupación y esa cálida sensación cuando tocó su mano. Nunca olvidará cómo en ese día pudo sentir que su corazón latió por primera vez sintiéndose con vida. Sintió que por fin había encontrado a aquella persona especial que le daría su razón de vivir y que haría que sus días los viviera más apasionada.

Ayano se levantó de su cama para ponerse su uniforme. Al terminar, pasó por el pequeño altar que tenía en su habitación. Era un altar muy especial de que en el cual tenía una fotografía de su amado senpai, además de algunos objetos que fueron tocados anteriormente por él sin faltar la más preciada "joya" que tenía guardada.

-Buenos días senpai - dijo mientras agarraba la fotografía para darle un pequeño beso, antes de regresarla a su lugar.

Ayano salió de su habitación para ir a la cocina y prepararse un desayuno rápido. Normalmente su madre sería quien se lo prepara, pero tanto ella como su padre no se encontraban en la casa. Se habían ido de viaje a quién sabe dónde y no se sabía cuándo regresaría. La verdad eso de poco era de importancia para Ayano, solo sabía que sus padres estaban vivos ya que de vez en cuando su madre le enviaba dinero para poder vivir tranquila durante su ausencia, además de que desde chiquita su madre le enseñó a cuidarse sola.

El desayuno de Ayano fue muy simple, se preparó un huevo con una tostada y un jugo de naranja. La verdad es que tampoco le tomaba mucha importancia a su desayuno, quería salir de su casa lo más pronto posible para poder alcanzar a su senpai y asegurarse de que llegara a salvo a la escuela. Ayano terminó su desayuno y subió nuevamente para lavarse los dientes y agarrar su mochila.

No necesitas ser Yandere... (Yandere Simulator)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora