Amarte en silencio

CAPÍTULO V - Primera parte: el día que el mundo se detuvo

NOTA DE AUTOR:

¿Quién dijo que no podía haber comedia en este "drama" :D Este capítulo es, en su mayor parte, un flashback. Por ahora, sólo subiré esta parte. Estoy muy ajustada con los tiempos y no pude avanzar con la escritura, además, que es el capítulo más largo que escribí hasta ahora. Siento que los personajes ya cobraron vida propia. Les encontré la esencia, la voz y me encanta (pero me hace escribir más en menos tiempo jajaja). 

DISFRUTEN!!!

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MARZO DE 2018 (varios días después del accidente de Dante)

-A ver si yo estoy entendiendo bien. ¿Lula está de acuerdo con esta... este... experimento social?

Dante cerró las dos canillas, que ya llevaban demasiado tiempo chorreando, levantó su rostro y miró fijamente al reflejo de su hermano en el espejo. Romeo escupió, abrió su canilla de nuevo, enjuagó el cepillo de dientes y conectó su mirada con la de Dante a través del cristal.

-¡Sí! Ya te dije que fue su idea.

-¿Tan poca confianza te tiene? O ¿Tiene miedo de que te des a la fuga antes del gran momento soñado? -acotó con un tono irónico al mencionar las últimas tres palabras.

-Bueno... Con vos no se puede hablar. Si no querés que usemos el bar decímelo y buscamos otro lugar, ya fue.

Romeo amagó con irse, pero Dante actuó con rapidez y se paró en contra de la puerta evitando el paso de su hermano.

-Na, pará. Tampoco te enojes. No es por eso. Es que, te soy sincero... No te entiendo, hermano. En primer lugar, no sé porqué le pediste casamiento, cuando, claramente, no estás enamorado de ella.

Romeo suspiró y trató esconder en el fondo de su mente la promesa que le había hecho a su hermano. Se obligó a pensar en cualquier otra cosa que no lo delatara, que no lo dejara expuesto y vulnerable. Su osito de peluche, Óscar lavando el auto en cuero y cantando canciones del Cuarteto Obrero, el día que los padres de Lula llegaron antes de una cena y los encontraron intimando en el sillón; cualquier cosa con tal de no responsabilizarse por el conflicto interno que esa promesa le generaba.

-Dante... Vos no... ¿No te acordás lo que te dije hace unos días?

-¿Qué cosa me dijiste? ¿De qué? Enserio, Romeo, hay días en los que necesitas subtitulos. No te capto.

-Dejá, yo me entiendo. Yo sé que vos mucho no te la bancas a Lula, pero ¿podés ponerle aunque sea un poco de onda? Van a ser familia. Quiero que se lleven bien.

-Ahí te equivocas. Lula no me cae mal, es un poco... rompe guindas...

-Ehhh, más resp...

-Dejame terminar -Dante interrumpió levantando las manos. Lula ES rompe guindas, ni vos me lo podés discutir, pero en el fondo es buena mina, y se nota que te quiere mucho. Y me alegra que estén por dar este paso. Sos mi hermano, y quiero verte feliz.

Una sonrisa de picardía se marcó en la cara de Romeo. Se cruzó de brazos y dijo:

-Ay, ¡te pusiste meloso! ¿Seguís viendo esas películas románticas uruguayas que te contagian el 'contigo' o sos así de cursi de nacimiento?

-¿Qué decís? No es mi culpa que no sepas valorar el séptimo arte. Además, estamos hablando de ustedes, no me distraigas, no te hagas el gil. Enserio, boludo, me ofende que no me quieras contar porqué estás yendo al matadero con la soga ya atada al cuello ¿Vos estás seguro de que te querés casar?