5/ Enero/ 1989
Narra Axl:
Parecía ser un día aparentemente normal para cualquiera que viviera aquí en L.A; un cielo soleado y despejado, un mar demasiado relajado para pasar un buen rato y el ambiente perfecto para una cerveza congelada con amigos. En pocas palabras el día de en sueño para todos, menos para mí.
Aquel dolor de huesos cada vez se iba haciendo más grande, los dolores de cabeza podían consumirme toda la tarde y los vómitos cada día me debilitaban más. Ya había ido al médico, este no pudo encontrar ningún agente causal, pareciendo así una patología silenciosa; no fue fácil, pero luego de varias citas programadas a escondidas, al fin habían encontrado mi diagnóstico...
- ¿Se lo dirás?- habló Stradlin al darse cuenta que había estado divagando por un buen rato. Lo había invitado a venir puesto que quería pasar el mayor tiempo posible con él el día de hoy, lo necesitaba como apoyo.
- No necesita saberlo, aprovecharemos el tiempo- recoste mi cabeza sobre el respaldo del sillón dejando salir un largo suspiro. Parecía estar nostálgico, era de esperarse, hemos compartido casi toda una vida juntos, 14 años para ser exactos.
- Estás equivocado, tienen que saberlo, no solo ella, todos Axl. Puede que exista algo más, juntos podemos unirnos y buscar una solución. Tiene que haberla- él no parecía entender nada, él no sabía como era vivir con este dolor todos los jodidos días, no tenía ni idea de la turbación al sentir que la respiración se va haciendo nula y que no puedas hacer nada al respecto. Ya no había tantas esperanzas y era mejor hacernos a la idea en vez de andar plantando ilusiones.
- Oye hermano, cálmate. Aún me tienes aquí, estoy y estaré siempre cerca, no importa que, no me pienso mover. Incluso si soy un fantasma seguire siendo un dolor en el culo, tenlo por seguro- reí y pareció hacer lo mismo aunque sus ojos parecían decir lo contrario- Vamos, quiero que me ayudes en algo- sosteniendome de la codera del sillón logre pararme. Se reincorporo y salimos de casa antes de que Summer llegara.
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- ¡Están aquí! ¡Al fin!- apenas habíamos abierto la puerta y una Annica demasiado animada se abalanzó sobre mí, antes de saludar a su novio el pelinegro que venía a mi lado.- Mirate, ¡que pálido estás!Te ves enfermo ¿estás bien? - tomo bruscamente de mis mejillas y me hizo mirarla. Una incomodidad repentina me invadió cuando vi su mirada angustiada, Izzy pareció entender que no me sentía a gusto en ese momento y tomo de su chica. Esta no dejo de mirarme hasta que Stradlin le dio un merecido beso de bienvenida. Con ello pareció distraerse e inmediatamente su semblante cambio a uno de emoción y felicidad.
- Les traje algo bonito, esta en mi maleta, se lo daré en cuanto pueda- nos dedico una sonrisa y después de ver que le correspondí el pequeño gesto ignorando aquella incómoda bienvenida se giro a besar a mi amigo. No me detuve mucho tiempo en observarlos, sabía cuanto se habían extrañado después de que ella se fuera a Londres a pasar el rato con su familia por casi un mes entero, así que prefería irme a buscar algo de comida en la cocina, tenía demasiada hambre.
Abrí el refrigerador y lo único que había era pura fruta y un montón de bolsas de quinoa y soja, asoté la puerta con algo de enojo, pues no me apetecía comer nada de esa mierda, necesitaba carne real, no falsa y por un momento odie que mi esposa comiera todas esas ridículeses. Resignado tome las llaves de mi Range Rover que estaban en la isla de la cocina para salir en busca de comida real, grasosa y deliciosa, algo que en definitiva me llenara por completo. De pronto una chica hermosa y castaña apareció frente a mi con 3 cajas de pizza. Nuestros cuerpos chocaron provocando que casi se calleran las pizzas junto con ella.
- Wow wow wow te tengo- mis manos se posaron en su cintura para evitar que resvalara, me dedico una hermosa sonrisa y sus ojos reflejaron un dejo de emoción.
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Pd: Te Amo.
Dragoste"Querido Axl: Hoy acabo de recordar la primera carta que te escribí ya hace un año, recuerdo perfectamente el día en el que te la dí, tu cara y esa media sonrisa de saber que aún después de eso, el más romántico de los dos seguiría siendo yo, pues e...