El primer y esperado día

34 3 2
                                    

Ugh... Respira, Dylan. Montse estará allí y estarás calmado, pues al menos conoces a alguien.
Apenas me había levantado, estaba solo en casa, mamá ya había salido a trabajar.
Pasaron unas dos horas y seguía en ahí, aburrido. Me limitaba a masticar mi chicle sin darle mayor importancia a nada. Únicamente miraba televisión hasta que llegara la hora de salir.
Pasado el rato, el timbre sonó. Fui a atender y, al abrir la puerta, vi a una niña. Esta se notaba menor que yo. Era baja, con suerte me llegaba al pecho. Llevaba lentes, era castaña oscura, con rizos bien cuidados y dos coletas larguísimas para su tamaño que le llegaban hasta la cintura.

Silvermuk: Disculpe señor, ¿gustaría comer unas galletas hechas por las niñas explorado--
Dylan: No.

Cerré la puerta bruscamente. No tengo hambre y el dinero lo estoy guardando para comprar un videojuego.
El timbre sonó de nuevo.

Silvermuk: ¿Está seguro? Tenemos de diferentes sabores y--
Dylan: Ya dije que no.

Cerré de nuevo, pero ella otra vez...

Silvermuk: ¡Por favor! Eres la última persona de la zona y aún no le he vendido a nadie...
Dylan: Me vale tres hectáreas de verga, niñata.
Silvermuk: Oye, ¡no digas groserías!
Dylan: ¡No me digas qué hacer!

Comenzamos a jalarnos las mejillas el uno al otro para convencernos de acceder al propósito del contrario. Estuvimos así un largo rato, hasta que el cansancio fue tanto que terminamos cayéndonos al suelo.

Dylan: *jadeos* Y... ¿Cuánto cuestan las de limón? *jadeos*
Silvermuk: *jadeos* Creo que... Si mal no recuerdo... Veinte con noventa y nueve... *jadeos*

Acabé comprando. Tanto forcejear para nada. Sucumbí ante la necesidad de una niñita que sólo quería ganarse su primera insignia.
Vaya puta mierda.
Pasó como media hora, ya debía salir. Tomé mi mochila, tranqué la puerta con llave y comencé a caminar.
De camino, vi a esa niña nuevamente. Me miró y vino corriendo hacia mí, al grado que casi tropieza.

Silvermuk: ¡Gracias, señor! ¡Es el mejor!

Me quedé como piedra.
"Señor"...

Silvermuk: Eh, ¿seño--
Dylan: ¡Dylan! Mi nombre es Dylan...

APENAS TENGO QUINCE AÑOS NO MAMES.

Silvermuk: Es un gusto, ¡mi nombre es Silvermuk! ¡Gracias! Si no fuera por ti, no tendría mi primera insignia.

Me mostró la insignia, que tenía forma de canasto. Me comentó que se le llamaba "Insignia D: por el trabajo y responsabilidad".
Así me dijo un par de cosas más y se fue, pude continuar con mi camino.
De repente, alguien tocó mi mejilla y dijo "¡Boop!". Esa era Montse, mi amiga de la infancia y la cantante del grupo de idols conocido como M.A.C.
Comenzamos a caminar juntos y fuimos hablando.

Montse: ¿Dormiste bien?
Dylan: Bastante, la verdad pude dormir a gusto.
Montse: ¿Y estás listo para tu primer día? ¡Estamos en la misma clase!
Dylan: La verdad... No lo sé, me siento raro.

Soy un chico listo, aunque no lo parezca. Mis notas suelen ser buenas y la verdad estoy bien con ello, pero igualmente estoy nublado en cuanto a lo que pueda hacer este año.

Montse: Oye, no te presiones. La gente suele atravesar la mayoría de  situaciones de forma natural, no tienes porqué buscarlas.

Me miró con una sonrisa.
Ella siempre está intentando sonreír. Recuerdo que una vez incluso se cortó la pierna feo cuando éramos niños, y aún así reía mientras esperaba la asistencia.
.
.
.
La clase empezó.
Nuestro primer profesor era un güey calvo, de lentes y con un cuello pavo que me daba a entender que en lugar de treparse en los árboles para alcanzar la fruta, el árbol tenía que treparse en él.
Tomó su libreta y comenzó a leer, para luego...

¿?: ... No.

El chingado lanzó su libreta, que chocó contra la pared y cayó al suelo y gritó "¡BIENVENIDOS A LA CLASE DE ARTE!".
Hizo una pose extraña digna de el Gran Saiyaman y se sentó en el escritorio.
Todos lo quedaron mirando, menos Montse, quien parecía hasta conocerlo, pues ni curiosidad mostraba. Estaba empanada viendo moscas.
Yo me quedé flipando, sin entender del todo lo que había visto. Llegando a la conclusión de que, o el tipo es idiota, o realmente quería empezar con energía y se dejó llevar.

¿?: ¡Muy bien, muchachones y muchachitas!

"Muchachones y muchachitas"...
Sí, el tipo es idiota.

¿?: Soy su profesor de arte. ¡Nicholas Armstrong! Pueden llamarme "Señor Armstrong" o también "Hombre apuesto y joven que me condujo o conducirá a cumplir mis sueños y hacer que mis obras se hagan realidad".

Vaya, ¿no será usted de casualidad Armstrong el humilde?

Armstrong: Muy bien, ¡hoy será un día de introducción! Así que quiero saber sus nombres. Waaaaahh...

Ese último sonido tan extraño que parecía hecho por una parodia de karateca lo hizo apuntando a la primera chica de la primera fila de mesas en dirección izquierda. Una chica rubia, de lentes, y algo gordita.
Respondió su nombre con timidez. Parece que se dio cuenta antes que yo las intenciones de ese puto loco.

¿?: Ka-Ka-Katherine.
Armstrong: ¡Muy bien, Katherine! ¡Bienvenida a la clase de arte más entretenida y preciosa a la que asistirás en tu vida!

Otra pose ridícula acompañada de manos de Jazz.
Siguió entre estudiante y estudiante, nadie la daba atención hasta que llegó a una chica sentada al fondo, se me hacía familiar, así que le pregunte a Montse quién era.

Montse: Se llama Valantine, todos la llamamos "Val" para ahorrar saliva. Es sumamente conocida porque a cada chico que coquetea con ella o se le confiesa, incluso de la forma más romántica y bonita posible, le da una patada en los huevos.

Dijo eso con ojos cerrados y sonrisa grande, más el índice levantado.
Admito que la tal Val da un poco de mal rollo si la describen así.
Luego, el profesor continuó hasta llegar a Montse y a mí, pidiendo su nombre primero.

Montse: ¡Montserrat García! ¡Tengo 15 años y mi sueño es ser una cantante que triunfe!

Seguí yo.

Dylan: Dylan Cuello. 15 años. A saber Dios qué haré con mi vida.
Armstrong: Oh, ¡vamos! Ten algo de iniciativa.

Algo me decía que no se me iba a quitar de encima hasta que le respondiera una carrera, así que pensé en lo primero que se me vino a la mente, y vino algo que leo siempre que no hay nada que hacer en casa.

Dylan: ... ¿Hacer cómics...?
Armstrong: ¡Uhhh! ¡¡Mucho mejor!!

Pose extraña con manos de Jazz, otra vez.

Dylan: Está loco.
Armstrong: ¡La locura es un arte~!

Baile... ¿Serpenteando? No podía creer lo que mis ojos veían, este tipo es un puto ido de la cabeza.
Dado que las reacciones de Montse seguían sin existir, le pregunté de qué lo conocía. Me respondió con una sonrisa para nada feliz.

Montse: Ay... Es el mánager de M.A.C.
Dylan: ... ¡¿QUÉ?!

Si es el mánager, me sorprende que Amy o Crystal no lo hayan asesinado aún.

Montse: Sí... Digamos que sin él, nuestros conciertos de ahora no serían posibles.
Dylan: Vaya, ¿Crystal no ha intentado arrancarle la cabeza aún?
Montse: Crystal está embobada por él.
Dylan: ¡¡¡¿¿¿QUÉ???!!!

Joder, vaya forma tan putamente extraña de comenzar el día.
En fin, la clase acabó y tomé mis cosas, el sitio estaba vacío, por lo que me quedé a solas con Montse.

Dylan: ¿Vuelves a casa?
Montse: No, debo quedarme, las chicas y yo tenemos que arreglar un par de cosas sobre nuestro siguiente concierto.
Dylan: Oh, ¿habrá otro?
Montse: Pues sí, pero dudo que sea dentro de poco.
Dylan: Ya veo.
Montse: Cuídate, ¿sí?

Me puso el dedo índice en la nariz y con una sonrisa acercó su cara a la mía. Yo estaba tan rojo que parecía que toda mi sangre se había concentrado en mi cara.

Dylan: O-Oye, ¡no te acerques tanto!
Montse: ¡Hasta mañana!

Esa chica que ahora se estaba yendo por la puerta. Esa chica de cabello corto, celeste, lentes y piel blanca. No es sólo mi amiga de la infancia, lo es todo para mí.
.
.
.
Iba de camino a casa, esa niña se apareció frente a mí de vuelta.

Nombre Clave: LAMLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora