ALTAGRACIA

EL Sol Brilla mas que Nunca

___Viajaremos mañana mismo a Islandia__ dijo imponente sin importar el tiempo del pobre guardaespaldas.

___Pero mañana es mi día libre señora__ replicó Dimitri intentando causar algún tipo de compasión en su patrona.  

___No tengo porque darte explicaciones pero hoy me siento caritativa. 

Tengo una reunión programada con inversionistas islandeses y no pretendo cambiarla. Pero si no puedes solo dilo. hay miles que desean tu puesto.

Dimitri sintió un enorme nudo en el estomago. Por primera vez tuvo que contener todo el coraje que le producía la actitud de Altagracia. El soportaba por su esposa, aguantaba porque deseaba formar una familia con ella. En Croacia viven en la casa de los padres de su mujer. Una hermosa chica croata de veintidós años.  El desea  tener su propio hogar antes de traer un  bebe al mundo y aunque odiara ese trabajo la paga era muy buena. Dimitri era un experto en artes marciales y diferentes tipos de combate cuerpo a cuerpo, conocía el uso de infinidades de armas. Ese hombre con el que Altagracia jugaba era un verdadero mercenario, pesar de provenir de una familia de pescadores. Con una que otra historia oculta y que celosamente logro borrar para obtener ese puesto.

A las 5:00 am se dirigían al hangar de la familia SantosBorges. El viaje fue largo y tedioso. Altagracia se limito a observar cada uno de los movimientos del cuidador. Por otro lado Dimitri solo pensaba en el amor de su esposa. Recordaba las ardientes noches que pasaba con ella. Le complacía saber que el fue su primer hombre. El es del tipo de macho que desea una virgen en su vida. Sus celos no le permiten si quiera imaginar que otro hombre toque o haya tocado a su mujer. Pasaba largas horas durante la noche hablando con ella. Le pedía fotos de su entrepierna todos los días. No quería ver indicio de uso inapropiado. Se calmaba al verla tan blanca y con su sonrisa rosada.

Llegaron a Islandia, en pocos minutos se encontraron en el hotel mas caro de la ciudad. La suite presidencial le fue otorgada a los dos. Dimitri sintió escalofríos. Tener que dormir dentro de las mismas cuatro paredes que ella. Aunque la detestara. No podía negar que era muy atractiva.  Y lo peor es que eran las 10:00 pm no había opción, estaba cansado del viaje. Solo deseaba dormir y alejarse de esa tentativa realidad. Para su sorpresa la acosadora del siglo. Se limito a encerrarse en su cuarto y desaparecer de su vista.

___Levántate cariño__ susurro Altagracia al oído de Dimitri. En un segundo estaba el cuello de Altagracia siendo apretado por el iracundo Dimitri. Después de un par de gemidos de asfixia de la entrometida la soltó.

___Lo siento, lo siento__ estas bien? dijo Dimitri temía perder su trabajo por tal arranque de violencia.

Altagracia tose con desespero.  Estaba en el suelo. Dimitri la había arrojado en cuestión de segundos.Tenia el cuello rojo. Sentía dolor. 

__P. pero que hace usted aquí__  dijo alterado. Le temblaba la voz. Podía imaginarse viajando de regreso a Croacia, con el poco dinero ahorrado. Altagracia tomo unos minutos en recuperarse. Y por segunda vez lo sorprendía. Solo se levanto y le dijo que saldrían en 15 minutos y que se vistiera con ropas ligeras.

Después del desafortunado encuentro. Altagracia lo esperaba  en el lobby. Una flamante limosina los llevaría a su destino. Por primera vez en su vida. Dimitri paseaba en una limosina. Y no era un chófer. Era un pasajero más. Llegaron a su destino. La vista era sobrenatural. Pero lo que Dimitri estaba a punto de presenciar lo dejaría sin palabras. Mientras esperaba sentado a la orilla  del Blue Lagoon. Vio como Altagracia caminaba sumergiéndose poco a poco dentro de las aguas verde esmeralda. Ella estaba totalmente desnuda. La tenue luz del sol  atravesaba débilmente las oleados de vapor. Provocaban un deseo irrefrenable en aquel guardaespaldas. Altagracia nado hasta acercarse a él. Sin pudor alguno apoyo su cuerpo contra  él. Dejándolo sin aliento. Los labios de Altagracia apresaron los suyos. Los brazos fuertes de Dimitri no dudaron en fundirla contra él. Decidió rendirse. Dejar que ella ganará.  Quizá sentía culpa por casi matarla momentos atrás. O simplemente la fuerza de voluntad se apago como llama de vela barata. En ese momento no recordó a su esposa. Olvido la promesa que le hizo al salir de Croacia. Pudo mas la pasión y la lujuria que aquel demonio con  pálida piel de mujer provocó en él.