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Mentir, parecería importante en cierta situación.

Hace un tiempo dije que las mentiras normalmente no nos llevan a ninguna parte, pero me gustaría recalcar algo a cerca de esto.

Últimamente he estado socializando un poco más con las personas, dándome a la tarea de explorar más personalidades que normalmente vemos, y de algo me he dado cuenta, y es que; todos siempre nos guardamos un pedazo de la historia a sí mismos, e incluso, alteramos suavemente la verdad para sonar interesantes. Admito que yo en ciertos momentos por no sonar patético he caído en eso.

Aprendí que constantemente estamos mintiendo, pero no sólo a la gente, sino a nosotros, porque nos imaginamos una vida o una azaña, de las cuales, ninguna realizamos al final del día. Nos prometemos cambiar, dejar esto o aquello y... La verdad no lo dejamos, no avanzamos hacia lo importante, no permitimos que las cosas fluyan naturalmente.

Pero, es que nos vemos influenciados por el afán y el deseo de sobresalir, ser el mejor, y nos olvidamos que somos seres humanos, luchando día a día por vivir bien, de una manera correcta. Entonces recurrimos al mentir para quedar bien o para hacer que algo se adelante, y ya sabemos qué pasa cuando nos adelantamos hacia algo que no tiene mucho sentido.

A lo que quiero llegar realmente es a que, nosotros conocemos cada parte de nuestro ser, al igual sabemos hasta qué punto somos capaces de dar. El exagerar para quedar bien, no sirve, simplemente vas a echarte encima otra carga porque allí es donde empieza el periodo donde debes comprobar si tus palabras son ciertas.

Amigos, no mientan. Seamos honestos desde el principio, auténticos.

INDEFINIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora