Capitulo XXVIII

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La comida apareció frente a nosotros. Un festín para el estomago y el alma.

A pesar de estar atentos a cualquier acontecimiento fuera de lo normal, la cena la disfrutamos como unos simples estudiantes más. Hablamos de chismes, de profesores y estudiantes, hablamos del verano, de equipos de quidditch. Le dedicamos un brindis a Cedric.

Cidra de manzana y peras era la única bebida alcohólica permitida en la noche, pero nos la servíamos como si fuera el mas fino licor de duendes. Eso y además le agregamos alcohol que Fred y George tenían escondido. Con Harry planeamos la organización de nuestra mudanza a la casa de Sirius. Viviríamos como una familia. Una familia real.

En una larga mesa frente a los tronos se encontraba la mesa con los profesores. Todos, inclusive Umbridge estaban allí. Su rostro llevaba una sonrisa burlona y comía su comida en chiquititos bocados. Su mirada sabia a éxito.

Cuando se acabó la cena, Dumbledore se levantó y nos pidió a los alumnos que hicieran lo mismo. Entonces, a un movimiento suyo de varita, las mesas se retiraron y alinearon junto a los muros, dejando el suelo despejado, y luego hizo aparecer por encantamiento a lo largo del muro derecho un tablado. Sobre él aparecieron una batería, varias guitarras, un laúd, un violonchelo y algunas gaitas.

Cuando la luz se atenuó, el salón siendo iluminado únicamente por la luna en el cielo que ahora hacia como bola de disco, las Brujas de Macbeth subieron al escenario entre aplausos entusiastas.

Nos miramos entre nosotros. La última vez que habían estado había sido para el Baile de Navidad durante el torneo de los tres magos. ¿Qué hacían en un baile cualquiera a mitad del año?

- Deben estar desesperados por distraernos. – comento Ron, no tan emocionado por la banda.

- Ay, Ron. – se quejo Ginny. – Malas intenciones o no, ¡hay que disfrutarlo! – tomo la mano de su pareja y se fue corriendo junto a la multitud para cantar y bailar cerca del escenario.

Harry trono sus dedos, su vista aun por donde había desaparecido Ginny entre la multitud.

— ¡Vamos! —me susurró Fred—, finjamos que no estamos preocupados por nada. – sus manos circularon mi cintura, atrayéndome mas a él.

Sonreí, nariz con nariz. Deposito un pequeño beso en mis labios y me guio de la mano a los estudiantes bailando. Antes de dejar que me alejara completamente, observe la mesa de profesores.

La silla de Umbridge: vacía.

Las Brujas de Macbeth empezaron a tocar una melodía energizante.

Busque la mirada de Hermione entre los estudiantes que se movían rápidamente hacia la pista. En sus ojos vi lo mismo que habitaba mi mente.

La noche recién estaba comenzando.

Baile con Fred barias canciones. Bailamos en circulo con nuestros amigos. Baile con Harry. Baile con Neville. Baile con Hermione. No baile con Ginny, le estaba consumiendo la boca a Thomas y Ron, no bailo por estar mirando con mala cara a Thomas.

Los brazos de Fred me abrazaron mientras se meneaba conmigo. Umbridge definitivamente no estaba presente, porque si no, no dejaría que tantos adolescentes estuvieran bailando de esta forma tan "vulgar".

A pesar de solo haber bebido un par de vasos, el bailar dentro de la multitud me hizo sentir un poco ahogada.

Mientras Fred me mantenía contra él mientras bailábamos en el medio de la gente, cerré los ojos sintiendo la música. Buscando disfrutar al máximo el momento. Pero apenas mis ojos se cerraron, fui recibida en la oscuridad por una tormenta dentro de unos ojos grises.

Brave /Draco Malfoy/ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora