Una deidad en mi vida (Pausada)

Capítulo 5

¡Hola de nuevo!

Antes de nada, lamento haberlos hecho esperar un maldito eon, pero el trabajo y el tema de el examen de admisión para la preparatoria me han tenido bastante estresado, llegando a tal punto de que había días en los que no lograba dormir, y por consiguiente no podia escribir el quinto capítulo.

Pero bueno, lograré acostumbrarme a esto... si es que no acabo muerto en el intento.

Y antes de empezar con el capítulo, debo aclarar una última cosa. Como han visto, esta parte ha durado bastante tiempo en publicarse, por lo que temo que los demás sufriran el mismo destino, lo dudo mucho pero por si acaso.

Bueno, ya saben como va esto...

Kobayashi no maid dragon es una obra perteneciente a Yasuhiro Takemoto. Todo lo escrito en este fanfic tiene como único fin entretener al lector. Los personajes utilizados (a excepción del protagonista) pertenecen a Coolkyoushinja. Nada de esta utilizado para fines lucrativos o comerciales. ¡Disfrutenlo!

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Cuando desperté, todo daba vueltas, por inercia me aferré al suelo tratando de encajar mis uñas en la madera, había restos de comida por toda mi cara y el piso y la cocina terminaron siendo un desastre, me incorporé de a poco y pude sentarme, mi cabeza palpitaba.

- ¡¡Agh!! - Exclamé mientras tomaba mis sienes con las yemas de mis dedos y los rotada lentamente. Miré el reloj y habían pasado ya dos horas, lo que más me sorprendía y extrañaba era que Lucoa estaba a mi lado sentada de manera formal sobre el piso cabizbaja...

- Qu- Traté de formular una pregunta sin éxito y Lucoa sólo me miró de soslayo. Me esforcé al máximo y pude preguntar. - ¿Qué pasó?

Evitaba mirarme a los ojos y eso me irritó bastante. - ¡¡Lucoa!! - Reprendí de manera grave.

- No sé. -Respondió en un susurro. - Al salir del cuarto te vi aquí en el suelo, estaba esperando a que despertarás.

- Agh. -Me quejé de nuevo, miré de nuevo el desastre en toda la cocina y suspiré resignado. -Vete, tengo que limpiar.

Yo -

- ¡Es una orden! -Pronuncie de forma natural. Y al momento Lucoa tenso su espalda, nuestros ojos se encontraron y ella no pudo soportarlo mucho tiempo.

- Lo siento. - terminó disculpándose y se retiró de inmediato. Al momento me di cuenta de la manera en la que le había hablado y me arrepentí, sin embargo, mi vergüenza me aconsejo esperar un poco a que aquellas vibras se calmarán. Empecé por limpiar la cocina.

Al terminar y de manera nerviosa me dirigí a la habitación dónde se encontraba ella, me froté las palmas sudorosas en mis pantalones y tras respirar profundamente llamé a la puerta con dos golpes. Entré en seguida, sólo anunciándome y la vi de espaldas a la ventana, como si estuviera esperándome, tan paciente, tan delicada y a la vez tan nerviosa como yo...

- Lucoa... -Empecé. - Siento haberte hablado de esa manera, no sé qué me pasó.

Lucoa se acercó a mí de manera dubitativa y sin previo aviso colocó su mano en mi pecho, tanteando el latir de mi corazón. - Me asusté un poco. - Confesó tomándome por sorpresa.

- Lo siento. - Dije sincero.

Ella sonrió, me mostró una sonrisa cálida y comprensiva, una que hace tiempo no veía. Por inercia la abracé fuerte y volví a pedirle disculpas. El contacto entre nuestros cuerpos, a pesar de hacer ropa de por medio, hizo que mi corazón latiera más de prisa, pude escuchar gracias al silencio que reinaba entre nosotros el cómo el corazón de Lucoa latía con la misma rapidez. Nos separamos de a poco y me dio por alborotar su cabello. Eso pareció gustarle y dejó escapar una risilla traviesa.