Prólogo

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01/03/1986

Rodeando un pequeño pueblo había un bosque enorme. Nadie podía ver más allá de los altos arboles, tan altos que el sol se escondía mucho antes que en otros lugares y aparecía aún más tarde. 

El día en ese lugar duraba entre 5 o 6 horas, donde preparaban leña, cuidaban a los animales o cultivaban la tierra. Era tan corto que no había tiempo para festejar ni beber ni bailar.

La noche en ese lugar duraba entre 18 o 19 horas, donde, desde el momento en que costaba ver, todos iban a sus camas a dormir. Ninguno tenía permitido estar afuera, y nunca nadie a salido hasta ahora.

"Oh... Le toca a Melchor hoy".

Los habitantes tenían un ritual que realizaban todos los meses sin falta por 50 años, a la tercera hora del día. Ya que era una fecha especial, las tareas diarias eran suspendidas, todo se había terminado el día anterior.

Cada 28 días un miembro de la tribu era seleccionado para viajar a lo profundo del bosque.

Por supuesto, el pobre debía tener ciertas características:


Ser mayor, unos 50 años.

Haber cumplido con sus deberes terrenales.

No dejar tristezas ni problemas que solucionar.

Con esto en mente, el hombre va esperando regresar. 


Este ritual era mágico, permitía a las personas seguir usando los recursos de la naturaleza, la persona iba a pedir perdón por todos los males que podían haber causado. Incluso algunas veces la producción aumentaba y permitía que descansasen unos días.

Cabe destacar que nunca nadie ha regresado.

El ritual de esta ocasión era especial, jamas visto.

Melchor solo tenía 20 años, los mayores lo escogieron por alguna razón que pocos sabían, quizá estaban obteniendo malos resultados los últimos meses porque el bosque no quería más ancianos.

Como fuera, no perdían mucho con alguien tan joven.

Tras despedirse de su familia, partió.


La familia del bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora