Nueva realidad.

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   Estoy comenzando a dudar de mi plan, pero aun así lo llevare a cabo no se me ocurre nada mejor solo me queda esperar y dejar de recordar, no quiero seguir llorando. Nunca había llorado tanto, nunca me había sentido tan débil y tan insignificante. ¿Por que me tenía que pasar a mi?, ¿hice algo malo?, ¿lo merezco? son las dudas que están en mi mente y que se que jamas podre responder. 

Retornando a mi plan ya han pasado como 30 minutos desde que se fue, tengo que pararme el problema es que no se si ya puedo hacerlo.Antes de pararme tomo el cuchillo, lo meto dentro del bolsillo de mi saco. Me apoyo sobre mis brazos pongo mis pies en el suelo y con un impulso levanto mis manos del suelo y tambaleante me quedo de pie. Doy mi primer paso, mi pierna se siente pesada pero puedo moverla doy otro paso y siento igual mi otra pierna, no puedo evitar esbozar una tenue sonrisa.

Saco el cuchillo de mi bolsillo, mientras camino lentamente hacia a un lado de la puerta si mi cálculos no fallan el entrara, dándome la espalda. Cuando eso pase tendré la ventaja, solo le pido a mi Dios que me ayude.

La puerta comenzó a abrirse lentamente, mi corazón se acelero tanto que sentía que en cualquier momento se saldría de mi pecho. Tal como lo predije el esta dándome la espalda, así que repaso mentalmente mi plan por una ultima vez. Y sin pensar pongo el cuchillo en su cuello, mi mano tiembla corrección no es solo mi mano es todo mi cuerpo; me he quedado congelada. 

—Si que eres tonta. —dijo en un tono burlesco —¿Relamente crees que te dejaría  un cuchillo con filo verdadero?.

Apenas termino de decir esto, tomo mi brazo derecho este era el que sostenía el cuchillo, torció mi muñeca en un acto reflejo solté el cuchillo y lleve mi muñeca hacia mi otra mano sobándola, intentando aminorar el dolor. No se como llegue al piso pero siento un agudo dolor que recorre todo mi costado izquierdo. No me he recuperado del dolor cuando siento otro golpe en mi estomago me quede sin respiración unos segundos. El se pone encima de mi, y me deja inmovilizada.

—Prometiste que no me dañarias. —digo entrecortada.

—Eso solo era valido si te comportabas bien.

—¿Por que me trajiste a este lugar?

—Porque eres como nosotros— hizo una pausa— eres un experimento de los comunes, como saliste mal mandaron a los fumigadores.

—No entiendo nada de lo estas diciendo. ¡Yo no soy como tú! ¡no soy un experimento!. —¡Tú no sabes nada acerca de mi!.

—Tienes razón yo no se acerca nada de ti, pero se que en alguna circunstancia se dieron cuenta de que no eras un común. —Sus palabras quedaron flotando en el aire.

Me quede callada no quería seguir discutiendo no me llevaría a nada, o mejor dicho yo no quería llegar a nada porque no importa cuanta información acerca de lo que soy sepa nunca dejare de ser un error. No solo yo, todos los tóxicos son errores.

El se quito de encima y me ayudo a pararme no dijo en ningún momento que lo sentía pero creo que sentí un poco de arrepentimiento de su parte.

—Ven acopañame a conocer a los otros.

Asentí con la cabeza pero ¿a que se refería con "a los otros"?, más importante que eso me dejaría salir del cuarto oscuro eso era lo que me ponía un poco emocionada. Antes de salir del cuarto me dijo que lo esperara y prendió la luz del cuarto por fin podría verlo bien. No era nada del otro mundo ni tampoco una sala de tortura solo era un cuarto vacio con pintura en mal estado. El volvió a entrar al cuarto por fin pude ver su cara con una buena iluminación, él no lleva puesto en su cara el fleco que le cubría su ojo izquierdo.  Su ojo izquierdo no es amarillo es azul claro.

—¿Tengo algo en la cara?. —pregunto.

—No, es solo que pensé que tu ojo izquierdo también era amarillo.

—Eso es extraño teniendo en cuenta que en todos los tóxicos solo se presenta un ojo de color amarillo .

—Yo no lo sabia.

—¿Nunca te viste en un espejo?

—Si, pero jamas respirando aire del exterior.

—Dejame decirte que tu ojo amarillo es el derecho. —agrego —Luego te podrás ver en un espejo.

En el momento en el que termino de decir esto nuestras miradas se cruzaron unos minutos, en su mirada se podía ver tristeza. ¿Por qué llegó a pasar?

—Por cierto ¿cúal es tu nombre?

—Me llamo Mavira. ¿Y tú?

—Me llamo Zarek.

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Hola este es el cuarto capitulo. Espero les haya gustado, dejen sus comentarios y votos si es que les gusto este capitulo. Gracias por leer. 

(si ven algún error ortográfico por favor avísenme)

Tóxica (versión 2013)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora