Estoy muriendo.
No siento mis piernas. Me cuesta respirar. Me desangro. Cada cierto tiempo empiezo a toser sangre y creo que me arrancaron un brazo.
Mi visión comienza a fallarme, si no hubiera perdido mis poderes no me preocuparía en lo absoluto, por no mencionar el hecho de mí ya de por si demacrada condición, quizás debí escuchar a mis amigos, pero no quería perder a más de ellos, simplemente no quería.
Sabía que esta vez sería un viaje solo de ida, solo espero que mis amigos hayan conseguido huir de esta fortaleza... ¿O era un laboratorio? Ya no importa, he perdido mucha sangre, mi uniforme pasó de ser azul marino a rojo oscuro, y ahora me están llevando a algún lugar para morir, o eso es lo que quiero creer.
A mi izquierda un soldado de armadura negra y roja me arrastra por el suelo, a mi derecha un Cyber-Jet hace lo mismo, en el modo aéreo tienen la forma de un aeroplano pequeño y en el modo asalto tienen una forma humanoide metálica capaz de pelear en el terreno como si de un gigante se tratara, al medir más de 3 metros cualquier espadachín tendría pocas oportunidades de sobrevivir a ellos.
Siento como si perdiera la conciencia cada cierto tiempo, cada vez que cierro mis ojos término despertando en un lugar ligeramente distinto al anterior, no me queda mucho tiempo.
Por fin mis captores se detienen, estamos en un cuarto oscuro, los reflectores que brillan en el suelo iluminan ligeramente el lugar.
Me levantan a unos centímetros del suelo solo para dejarme caer con el peso de la gravedad, es una simple caída pero el dolor fue insoportable, deje escapar un grito agónico por ello, me levantaron con mucha facilidad, como si fuera más ligero, fue ahí cuando me di cuenta, no tenía piernas. Solo unos pedazos de carne colgaban de lo que deberían ser mis muslos, ese Cyber-Jet me aplastó las piernas cuando me capturaron, pensé que me las había roto, no que me las había pulverizado.
Ellos se alejan a unos pasos de mí, siento una presencia, giro mi cabeza a mi diestra con las pocas fuerzas que me quedan, diviso unas luces rojas que se acercan poco a poco hacia mi posición.
Unos segundos más tarde lo veo con claridad, vestía una armadura negra en las cuales ciertas partes eran de color rojo fosforescente, como sus hombreras y la parte de sus ojos que estaban cubiertos por un visor de energía, el hombre que me dejó en este estado.
- Capitán Eitan Mactavish Hope, comandante de la compañía "A", héroe de Hoziron – Dijo con una voz serena y tranquila, aunque está un poco distorsionada por el casco que lleva, lo que le da un toque metálico.
- Déjeme adivinar... cof... cof... Edgar Dakole... - Intento hablar mientras procuro no ahogarme con mi propia sangre.
- En efecto ¿Sabe? Es curioso, estuvimos enfrentados durante más de 20 años, y a pesar de eso ambos sabíamos que acabaría así, le di tantas oportunidades para desistir, tantas oportunidades para unirse a mí, pero la gente como tú insiste, insiste y sigue insistiendo a pesar de que sus esfuerzos son en vano, a pesar de saber que han perdido incluso antes de empezar, la verdad es que nunca entendí esa forma de pensar.
Es cierto, ya nos habíamos enfrentado antes, pero este tipo prefería controlar todo desde las sombras, he luchado contra sus subordinados tantas veces que ya ni me acuerdo, la primera vez que lo vi, aquella vez que nos enfrentamos fui incapaz de detenerlo, no pude salvarlos, hace 20 años... y ahora he me aquí, repitiendo la historia, la misma situación...
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El Lamento de los Héroes
Science FictionUn héroe yace tendido en el suelo a punto de exhalar su último aliento, frente a él su archienemigo saborea su victoria y se deleita con el sufrimiento de su rival. Antes de morir, nuestro héroe vera pasar su vida frente a sus ojos de principio a fi...