Secretos de una Superfamilia.

°• I •°

— Tony...

— He dicho que no— Dijo mientras revisaba las noticias del día a través de su pantalla tecnológica con la cual solo movía un par de veces los dedos para cambiar de sección. Steve le miro de arriba a abajo apreciando a Tony en pijama, se relamió los labios.

— Tony, no seas obstinado, yo se que quieres— Tony le miro de soslayo.

— No, no quiero.

— ¿Que tiene de malo?, solo es salir a dar una vuelta al parque.

— Pues pasa que no quiero, y punto— Steve soltó un suspiro y se levanto del sillón donde se encontraba, caminó en dirección a Tony a paso lento. Tony enseguida sintió la presencia del rubio detrás de el, y soltó un ligero suspiro al tener las grandes manos del soldado en su cadera.

— ¿Por que siempre dices que no a los planes que te propongo, Tony?— El mencionado no respondió, siguió mirando su pantalla como si no pasara nada, pero tener a ese espécimen masculino justo detrás de el y sintiendo su grandes manos aprisionando y pellizcando su cadera por sobre la ropa, hacia que comenzara a sentirse nervioso.

Tony no respondió, y eso hizo que el soldado pegara su cuerpo al de él.

— Dime, Stark, dime por que— Le dijo en un susurro a la oreja, Tony comenzaba a sentir calor.

— Cap, fuera de mi espacio personal— Eso era lo único que se le ocurría decir en aquel momento, pero fue una equivocación el haber dicho eso con el nivel de nerviosismo que tenia en su voz. Steve sonrió.

— ¿De verdad quieres que me aleje, Tony?— Preguntó—, ¿quieres que quite mis manos de aquí?— Pellizcó un poco la cadera de Tony haciéndole suspirar.

— Steve...

Tony comenzaba a sudar y a respirar con pesadez ante cada palabra que el soldado decía, sus manos dejaron de mover la pantalla para buscar liberarse del agarre de Steve.

— ¿Quieres que te suelte?, ¿es eso lo que quieres?

— N-no...

— ¿Entonces?, ¿que es lo que quieres, Tony?, dime— La voz seductora del soldado amenazaba la cordura que Stark mantenía gracias a la pequeña voz que retumbaba en su cabeza diciendo Aléjate ahora, antes de que sea tarde, pero era difícil, y más cuando se trataba de Steve Roger en modo seductor.

— Quiero que me lleves a la cama— Dijo con voz ligeramente quebrada debido a la excitación que sentía.

— ¿A donde, señor Stark?— El soldado abrazo a Tony pasando sus grandes y marcados brazos por su abdomen, de repente sintió algo más en su retaguardia, y no era perdidamente el cinturón de Roger.

— A la cama— Comenzaba a restregar su trasero con la parte delantera del soldado, sabiendo que eso excitaba al rubio.

— ¿Seguro?— Steve comenzaba a disfrutar el contacto de Tony y a pasear sus manos por dentro de su camiseta de pijama.

— Si, si, quiero que me lo hagas— Tony ya no pensaba más que en las caricias que le daba su hombre, su soldado que sobrepasaba un poco su estatura y le volvía loco con cada palabra que susurraba a su oído.

— Como digas, Stark...

— ¡Papis!

Pero, para bendición o desgracia de ambos, no eran los únicos en el lugar, pues la vocecilla de el más pequeño de los tres se hizo presente justo en el momento de la acción de ambos. Steve retiro las manos del cuerpo de Tony y este sintió helar su cuerpo un segundo, pero al ver a su pequeño correr hacia ellos con una enorme sonrisa simplemente sonrío al igual que el soldado. Se colocó en cuclillas y recibió al pequeño en sus grandes brazos.