One more night | Stony

Capítulo Único

And now I'm feeling stupid crawling back to you.

 Y ahora me siento estúpido, arrastrándome de vuelta hacia ti.  

Seis meses y los encuentros cada vez eran más frecuentes, más intensos.

Lo que comenzó con el apresurado intercambio de un ardiente beso dentro del baño de un evento benéfico se convirtió, en un par de días, en inevitables encuentros sexuales, repitiéndose gradualmente hasta que dos veces a la semana llegaron a ser completamente insuficientes. A esas alturas sólo podían denominarse adictos.

Steve no se negó cuando tuvo la oportunidad de poner un alto, no pudo detener sus bajos instintos ante la marea de nuevas sensaciones, no se permitió golpear al otro cuando sus insinuaciones se convirtieron en desvergonzadas caricias y desinhibidas mordidas. Se había sentido culpable, sí, pero estaba experimentado con una droga que no era capaz de abandonar, Tony Stark.

Try to tell you no, but my body keeps on telling you yes.

Intento decirte que no, pero mi cuerpo sigue diciéndote que sí.

El millonario se encargó de mostrarle lo rudo e igualmente apasionado que era acostarse con él. Y no es que tuviera una larga lista de experiencias con hombres con las que pudiera comparar pero no creía necesitar más de ellas para saber que nadie podría comparársele, dejándolo tan extenuado y satisfecho.

I'll be waking up in the morning probably hating myself.

Probablemente me despertaré por la mañana odiándome.

La primera vez que tuvo sexo duro con un hombre fue con él, en el sucio callejón trasero de un restaurante. Su cuerpo podía revivir cada sensación marcada a fuego en su piel. Terminaron teniendo una segunda ronda en el hotel más próximo.

And I'll be waking up feeling satisfied, but guilty as hell.

Y me despertaré sintiéndome satisfecho, pero culpable como el demonio.

Ésa noche encontró a su novia con un diminuto conjunto de encaje rojo que combinaba perfectamente con un sugerente labial carmesí, esperándole. Le hizo el amor como nunca, repitiéndole al oído cuánto la quería, sintiéndose el peor hombre del universo a la vez que se derramaba en su interior, jurándose en vano que aquello no se repetiría. Porque una cosa pensaba él y otra muy diferente aquel genio excéntrico, que en absoluto le dejaría el camino fácil. Un hombre casado, valía decir, que llegó a calarse en lo más profundo de sus huesos y su cuerpo.