Capítulo 4.- Aceptada por la Ukey.

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Mire la laptop, más específicamente la plataforma de escritura

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Mire la laptop, más específicamente la plataforma de escritura. Veía los comentarios y votaciones de "Contra ti". Suspire y me levanté de mi escritorio de inmediato. Mis ojos se sentían cansados por el brillo de la pantalla y cuerpo emanaba un olor bastante peculiar.

Llevaba casi una hora en la laptop desde que había despertado. No me sentía muy limpia, así que la primera opción o mejor dicho obligación, era bañarme. Tenía que quitar este olor peculiar de mi cuerpo, ese olor a pereza.

Hoy era domingo, por ende tenía que salir a tomar inspiración para la escritura; yo lo había definido así hace tiempo atrás. Se debía porque anteriormente no tenía horarios establecidos para escribir e inspirarme.

Pero este domingo, no era cualquier domingo, era el domingo de mi paga. Este día Elliot o su padre, no sé quién y tampoco me interesaba quien, depositaba mi pequeño y miserable sueldo, en mi cuenta personal de banco, que mi madre me había abierto. No, no te tenía tarjeta de crédito, solo una de débito. Pero me servía lo suficiente para tener mis ahorros guardados en un plástico rectangular.

Fui al baño del pasillo, porque no tenía baño en mi habitación, compartía el baño con Tay. Mi madre si tenía baño propio. Aquellas ventajas que tenía Ada.
En fin, saque mi pijama, coloque algo de música y me relaje para bañarme. Cuando por fin termine de ducharme, pude sentir el olor a limpio. Olor a agua con jabón. Mi piel se sentía más suave y clara, es como si me hubieran hecho de nuevo.

La imagen de Ada con mi padre vino a mi mente y no pude evitar hacer una mueca de asco en el baño del pasillo.

Puaj.

Llegue de nuevo a mi habitación y vi a mi pequeño gato bebe, que apenas tenía unos meses bostezando en su cama. Elvis tenía su pelaje color gris alisado y unos ojos de color verde. No tenía una contextura robusta, de hecho podría decir que tenía una contextura fornida para ser gato. (Hasta él era guapo).

—Ya es hora para despertar —me pongo en cuclillas frente de él. Acaricio su pelaje suavemente. El gato parpadee y vuelve agachar la cabeza para dormir—. Pero que pereza tienes.

Me levanto de la posición de donde estaba y en seguida tomo mi celular de nuevo, veo que tenía el depósito en la cuenta del banco. Sonreí ante aquello. Que mejor satisfacción cuando te pagan todo lo que trabajaste en el mes.

Como este día era especial, era donde yo me trataba de arreglar lo mejor posible para salir de comprar yo sola. No es que me sintiera mal por aquello, al contrario, me sentía súper bien estar sola e ir de comprar. Yo me daba mis propios mimos y sin que nadie me molestará.

Digamos que relacionarme con las personas no es lo mío. Soy reacia a las personas que no son de mi entorno, miento, también soy reacia a las personas de mi entorno.

—¡Oh que te ves bonita! —chilla mi madre cuando me ve bajando de las escaleras, para ir a dejar la ropa sucia.

La miro en silencio. Ada sonreía entusiasmada.

Olly para mejor ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora