Carta #3 - Dolor

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"Siempre fui una persona solitaria, cuando me preguntabas por mi pasado nunca quería contarte porque sabía que dolería recordar lo cruel que puede ser la vida con las personas, lo fastidioso que resulta salir y recibir una tormenta de reproches por parte de la sociedad.
Somos buenos para juzgar, pero no pensamos ni poco en el pasado de esa persona.
A lo mejor si te contaba me entendías, sí. Lo harías con el enorme corazón bondadoso que tenías, a pesar de todo, tú me enseñaste muchas cosas que ni sabía que podía ser capaz de hacer o sentir.
La noche, la primer noche que dormimos juntos, en la misma cama, no imaginas cuán protegido me sentí sabiendo que un ángel dormía conmigo. Cuando pasaste tu pequeña mano por mi cintura y me acercaste a tu cuerpo susurrando un 'gracias'... se sintió la gloria. Creo que ambos nos sentíamos protegidos estando al lado del otro, y eso era tan especial, tan hermoso sentimiento; siempre que llegaba a casa me recibías con una cena deliciosa y luego volvíamos a abrazarnos y dormir. Sigue siendo perfecto, incluso si tú no estás aquí. Tu presencia me reconforta, es algo que no puedo ver con los ojos, pero puedo sentir con el corazón".

Cartas De Un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora