¿NOVIA POR UNA NOCHE?

CONTRATO

¿Alquilar una novia?, se pregunto, ¿algo así podría ser posible?, le resto importancia a la plática de su chofer con guardaespaldas, ambos estaban en la entrada de la tienda esperándola, lo que no sabían es que ella no se había movido en ningún momento de la entrada, y para pasar el rato escuchaba su "interesante" platica.

Cercioro una vez más si la vendedora había regresado con lo pedido, aun no había señal de ella, quizás la tarea no era tan sencilla como creía. Que la hija del dueño de la tienda, y de muchas otras, viniera y te ordenara que le escojas algo para una fiesta, debía ser complicado, si para ella misma le era imposible escoger.

Para empezar no le gustaban los vestidos, así que por lo general asistía las fiestas con algún smoking, pero esta vez su padre se lo prohibió, "ese no debería ser el comportamiento de su única heredera" decía él, así que prefirió dejarle la tarea a alguna de las empleadas, así si no satisfacía a su padre le podía echar la culpa a su propio empleado.

Mientras seguía esperando decidió coger unas revistas de la pequeña mesa, resulto ser catálogos de la tienda, no paso ni un minuto para que lo encontrara aburrido. Cualquiera creería que lo tenía todo, pero ella sentia que en realidad no había mucho de valor en su vida, sin contar lo material.

-aquí tiene señorita, espero le guste-luego de una eterna espera, al menos para Lexa fue eterna, la vendedora regreso, le mostro cinco diferentes diseños de vestido, ninguno le pareció interesante pero igual se los llevo, era eso o que ella misma fuera a buscar, pero estaba segura que no habría nada de su interés en la tienda.

Salió de la tienda, mirando seria a su chofer y guardaespaldas, para empezar, porque el chofer se había salido del auto, sentia que la subestimaban por ser mujer, ambos hombres bajaron la vista, no podían verla de frente, pero Lexa en más de una ocasión los había descubierto observándola, y no exactamente el rostro.

-¿terminaron?-pregunto cuando ambos subieron al auto. Ambos hombres se mantuvieron en silencio, y aunque Lexa fuera mujer podía lograr intimidarlos, no solo porque fuera hija de su jefe, simplemente porque era ella.

Esa noche había sido invitada para una fiesta en celebración al cumpleaños de uno de los hijos de los tantos socios de su padre, ni siquiera recordaba su nombre, ni le interesaba. Su principal preocupación era con quien iría.

Su padre le había pedido, por no decir ordenado, un heredero. Al viejo no le quedaban muchos años de vida y quería asegurarse que todo su trabajo fuera sucedido, pero para su tortura a Lexa no le interesaban las relaciones, incluso su padre había pagado a diferentes hombres para cortejar a su hija, todos terminaron con lesiones de por vida y recuerdos dolorosos, y es que Lexa no toleraba ni que le tomaran la mano.

Pero esta vez era diferente, su padre había puesto en juego la herencia que le dejo su madre, el contrato decía que no la recibiría si su padre no la consideraba "apta" para heredarlo. Eso fue porque su madre temía que ella desviara su camino y lo derrochara, si ella estuviera viva Lexa estaba segura que se lo dejaría sin ninguna condición.

Pero ahí estaba, entre la espada y la pared pensando que hacer, una ocasión había presentada a su mejor amiga como su novia, y por increíble que pareciera su padre la había aceptado, pero le fue peor cuando su padre descubrió que era una farsa, y es que aunque Raven fuera alguien genial solo la veía como amiga y ella la veía de igual forma, solo iba a existir amistad entre ambas, al menos descubrió que a su padre no le importaba si su pareja fuera mujer.

De camino se le ocurrió algo, quizás funcionaba, no perdía nada con intentarlo.

Encargo a los sirvientes que guardaran todas sus compras, fue directo al estudio de padre, entro sin siquiera tocar, por más que su padre le reprochara en que no lo hiciera ambos sabían que no cambiaría esa costumbre.