❝Lo Siento❞ [SeulRene ver.]

➳O.O

❝Un trago para olvidarte, por favor❞

Su estilo de vida la tenía por completo aburrida. Ser una famosa escritora no era nada fácil y más si lograban saber cada mísero detalle de su vida privada. No la malentiendan, ella amaba a sus adorados fans que nunca la dejaron sola desde la publicación de su primer libro, pero las veces en las que se ponían intensos y la hostigaban, hasta donde ya no, eran difíciles de contar con los dedos. En caso de que cosas de esa talla sucedieran decidía salir con sus amigos, por el bien de su estabilidad emocional y salud física. El famoso y exclusivo bar "Red Velvet" le abría la puerta a todas aquellas almas desoladas que deseaban intensamente olvidarse de su ajetreada vida por unas horas. Copas por aquí, platillos exclusivos con muchísima variedad cultural y una exquisita selección de bebidas alcohólicas que un empleado con salario promedio no podría costear relucían por todo el fino lugar con servidores que hacían amena la velada. Todo hubiera ido bien, JooHyun disfrutando de unas buenas boquitas acompañada de una margarita mientras escuchaba las mil y una tontadas que YeRim y Henry contaban, claro, todo hubiera ido muy bien si tan sólo ese día no hubiera sido el aniversario de bodas de Henry y YeRim no tuviera un concierto súper importante en el auditorio de Mokpo. Sí, era una noche de maravilla.

Hastiada, JooHyun tomó su abrigo, su bolso color ámbar, aquel donde llevaba miles de cosas que una chica podría necesitar en su diario vivir -por ejemplo su cuadernillo y lápiz, para ella eran cosas fundamentales sin las cuales no podría salir de casa- y las llaves de su moto anaranjado coral -porque, aunque pudiera costear un lujoso carro, los traumas de haber sufrido un accidente cuando era niña aún seguían frescos en su memoria- y se dirigió hacia Red Velvet. Ella podría divertirse sola y nada ni nadie se lo impediría.

O al menos así lo tenía planeado.

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-¡Jonathan! ¡Si sigo un segundo en este lugar siento que explotaré!- y aquí tenemos a la típica chica mal pagada de cualquier programa por internet. Kang SeulGi, veinte años, su mayor sueño de ser modelo se vio frustrado al ser rechazada sólo porque su cara tenía "imperfecciones".

"¡Imperfecciones mi traser-!"

-SeulGi, deja de fruncir el ceño o te volverás más vieja de lo que ya estás.- el chico de cabellos revueltos reía discretamente viendo a su mayor hacer una rabieta como la mayoría de veces lo hacía.

-¡Pero Jon! De verdad que no lo aguanto. Mi motivación para seguir en la universidad se esfumó hace mucho, me quieren sacra de mi apartamento por dos meses de renta atrasada, las ganas de vivir se me están yendo, y, sobretodo, ¡se me están acabando el pollo picante cocido! ¡Jon, el pollo picante cocido se me está acabando! ¡¿Qué se supone que voy a hacer?!- tomó al jovencito por los hombros y lo zarandeó dejándolo levemente aturdido.

-SeulSeul, no seas tan dramática por favor. A este paso no sé qué será de tu futuro honestamente.- la cara de frustración de la chica le hizo meditar nuevamente sus palabras e ideó una respuesta rápida que pudiera contentarla- Piensa en esto: un cambio a tu vida puede estar cruzando la puerta.- le mencionó con emoción irradiando de sus ojos.

-Lo dices por aquel chico pasiva que conociste hace dos semanas.- bufó mientras la cara del menor se coloreaba de bastantes tonalidades de rojo al mismo tiempo.

-¡No llames de ese modo a Damian!- exclamó sintiendo el rostro por completo caliente. SeulGi reía por la forma de comportarse del chico de ojo azules, pero su risa cesó al recordar nuevamente las desgracias que le ocurrían día a día.

-¿Por qué no me va tan bien como a ti? Digo, llevas una vida de maravilla, no te hace falta mayor cosa, estás a punto de sacar tu primer semestre en limpio e incluso tu amiguito ese enojón también te tira la onda. Sigo sin saber qué haces trabajando en un lugar como este si no lo necesitas.- se apoyó contra el mesón en espera de que nuevos clientes vinieran para atenderlos.