Capítulo 6

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Los chicos se habían ido ya hace unas horas, Orianna seguía dormida por lo que asumimos que no despertaría pronto. Vimos televisión hasta que literalmente nos dolieron los ojos y luego cada una se fue hasta su habitación para arreglar sus cosas ¿Cómo estaban aquí? Bueno pues fue fantástico cuando me entere que Estefi tenia las maletas de Ori y las suyas en su auto y que Dani tenia las nuestras en el suyo, chicas muy, pero muy listas en verdad.

Cuando termine de arreglar todo me senté en la cama y observe con mayor atención el cuarto en donde estaba. Era maravilloso o al menos eso pensé en ese instante, era un cuarto amplio con una cama muy grande, las paredes están pintadas de un color salmón muy pálido, en comparación con otros que he visto, tiene una alfombra cerca de la puerta que es un diseño de mucho tipos de flores, un baño el cual aún no había visto, un gran armario donde mi ropa a pesar de ser suficiente para 6 o 7 meses aquí, aún tenía mucho espacio y lo que me enamoro completamente fue la gigantesca ventana al lado de la cama, se puede ver todo a través de ella, grandes campos verdes con hermosos árboles y lo mejor, tiene una vista excelente del río, que se veía muy tranquilo, puede que en este lugar tenga la paz que tanto necesito.

Estoy mental y físicamente agotada, así que solo me tiro a la cama y caigo en brazos de morfeo.

***

Me despertaron unos ruidos provenientes de la planta de abajo, rápidamente me vestí y fui hasta allá.

Baje las escaleras y por instinto fui primero a la sala, pero nadie se encontraba ahí, por lo que me dirigí hacia la cocina, donde como el caos estaba suelto.

Una guerra de comida se desataba frente a mis ojos, cada uno de los presente tenia la ropa manchada.

Entonces de la nada veo un cuchillo volar en mi dirección y estrellarse en la puerta a mi lado. Grite como nunca lo había hecho antes.

—¡¿Qué demonios sucede?!

Todo el mundo se detuvo en el instante, algunas personas contenían la risa mientras que otras me miraban asustadas.

—N-nosotras...solo— Dijo Dani tartamudeando, Ori respondió en su lugar.

—No pasa nada, solo los chicos llegaron...y...creo que se salió un poco de control.

—¡Casi muero!

—Lo sentimos, no se qué ha causado que el cuchillo volara hacia ti —Dijo confundida Estefania.

—¡Tu tío! ¿No se te paso por la cabeza que el podía venir a ver como estamos y encontrarse con esto?

—En realidad...no— Respondió sincera.

—Bien, ustedes causaron este desastre...ustedes lo limpian— Salí de la cocina aun molesta.

Se que estoy actuando como la mamá del grupo, pero no se que me pasa, estoy cabreada con el universo en general.

Las pesadillas volvían con mayor intensidad estos días, tengo ataques de ansiedad cada dos por tres y temo no poder seguir controlándolo.

Cada día se vuelven más fuertes la ganas de cortarme pero no podía, no puedo hacerlo, no, tengo que ser fuerte y no caer. Pero era como una necesidad, cada vez que sentía ansiedad me alejaba de mis amigas, es una sensación muy extraña que no quiero que vean en mí, cada vez que me concentro en un recuerdo doloroso, comienzo a sudar, las manos me tiemblan y comienzo a sentir que me ahogo, me falta el aire y creo que me desmayaré pero nunca lo hago.

Salí hacia el exterior dé la casa para poder respirar aire puro, estaba asfixiándome ahí dentro.

Tome respiraciones profundas hasta que sentí mi pulso volver a la normalidad y me tranquilice un poco. Camine hasta un árbol y me senté en el suelo apoyada en el tronco del mismo, mientras pensaba en todo y nada a la vez.

Para Lo Que SeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora