JUEGO TÓXICO | kookmin.

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«No seas cauteloso. No seas amable. Estás comprometido, soy tu crimen.

Presiona mi botón, en cualquier momento. Tienes el dedo en el gatillo pero el gatillo de tu dedo es mío.

Asesinato perfecto, elige tu objetivo. No le pertenezco a nadie pero todo el mundo sabe mi nombre.

Por cierto, no has sido invitado. Porque todo lo que dices son las mismas cosas que yo hice.

Imitador, tratando de imitar mi comportamiento.»

Decir que aquella mañana había sido pesada era demasiado poco, fue horrible, sus pies dolían y sentía que ya no podía soportar seguir trabajando en ese lugar donde eran tratados como servidumbre y los clientes eran terriblemente groseros y exigentes. Pero Jimin se había propuesto no depender económicamente de Jungkook, y lo lograría.

Llevaban las cosas bien esa semana. No hablaban tan abiertamente como antes, y se sentía temeroso cada vez que peleaban por cualquier tontería de volver a sentir su mano contra su rostro en un gesto no amoroso. Tampoco ayudaba que Jungkook a veces se perdía en sus pensamientos, evitando hablar en muchas ocasiones que había hecho alguna pregunta, dejándole hablando solo y sintiéndose miserable.

Pero no todo era tan malo. Se besaban y habían tenido sexo bastante seguido. Ya si era genuino o estaba siendo usado como un desahogo era algo que no sabía, y tampoco quería saberlo, no necesitaba más decepciones como si su vida no hubiese sido construida en base a estas.

Porque tampoco habían hablado con Chanyeol.

¿Pero a quién le importaba?

No estaba solo.

No, tenía a Jungkook.

Era desesperante lo que sentía por él a pesar de todo, y también doloroso. Solo arremetía contras dignidad, voces tétricas en su cabeza recordándole lo inútil que era por enamorarse de un ser como Jungkook.

Aunque el no estaba a salvo, no se consideraba un santo. No, Jimin traía en sus hombros buenas dosis de maldad y bondad en cantidades similares, golpeando su pecho y buscando salir en una mezcla peligrosa, tanto que temía salir con vida cuando eso sucediera.

-Ya puedes irte, yo termino esto -dijo Sehun, sus manos tratando de moverse rápido mientras guardaba la comida restante en los mostradores. Él asintió, sin molestarse en ser amable y negarse a que su trabajo fuese hecho por alguien más-. Veré a mi chico aquí en un rato, quiero que me vea siendo responsable.

Forzó una risa, dejando su delantal en una encimera sin encontrar su mirada con la ajena. -¿No me dices que tiene novia?

-La tiene, pero no por mucho. Soy perseverante -se rió el de cabellos oscuros, guiñado un ojo.

Se despidió cortamente, buscando irse a casa a dormir un buen rato. Estaba cansado en muchos aspectos y bañarse y dormir sonaba más que tentador, incluso más que almorzar. Llevaba días descuidando su alimentación, probablemente se trataba del estrés, porque Jungkook estaba en las mismas.

Su jean ajustado ya incluso le resultaba caluroso, el roce enloqueciéndole y siendo demasiado. Odiaba el calor de los mediodías, era fiel partidario del frío, y quizás por eso su apartamento siempre estaba gélido.