Alexander miró temeroso al macho frente a él cuestionando si no había sido una estupidez ir a ese lugar, todos lo miraban como si quisieran arrancarle la garganta de un mordisco sin embargo ya no había marcha atrás. Turbado por la fija mirada del que sabía era el líder se obligó a contar todo lo que sabía.
—Sé dónde hay un par de macho nuevas especies —habló temeroso—, pero no se los diré hasta que me garanticen mi seguridad.
— ¡No estás en posición de exigir nada humano! —gruñó Danger a punto de lanzarse por él sin embargo fue detenido por su padre.
—Basta Dangerous, habla humano, yo voy a garantizarte tu seguridad.
—El encargado de esa instalación es mi padre, yo no tengo nada que ver pero no puedo aguantar más la situación de las especies encerradas allí, lo veo a diario y me atormenta... mi padre quería lograr que perdiera toda mi humanidad y les hiciera daño pero yo no puedo, sin embargo si lo hizo con mi hermana.
— ¿Dónde se encuentra esa instalación humano? —gruñó 135.
—No le hagan daño a mi hermana por favor, la instalación está en...
*
—Tenemos problemas Ylenia —dijo nervioso uno de los técnicos llegando a su lado.
Mac temblaba de pies a cabeza retorciendo sus manos en su regazo.
La aludida se limitó a entornar los ojos sin dejar de observar por la pantalla, interesante...
Muy interesante.
Había metido a dos machos en una misma celda buscando ver una buena pelea, los dos machos eran famosos en la F.D.N por ser bestias salvajes dispuestas a matar a cualquiera que pisara su territorio y con matar hablaba en serio.
Ambos macho eran sus favoritos de una retorcida manera.
Entonces ambos estaban allí, inmóviles, mirándose fijamente el uno al otro sin lastimarse contrario a lo que ella creía, habían arruinado su diversión.
Suspiró con resignación y se levantó clavando su pupila azul en el estúpido a su lado.
—Quiero que sedes a esos machos y los encadenen, merecen un castigo por aburrirme de sobremanera, necesito entender por qué no han iniciado una pelea, quiero sus fichas ahora Mac.
Habló con su acostumbrada voz fría haciendo caso omiso a lo que anteriormente le había dicho el técnico.
— ¿No me has oído lo qué te he dicho? ¡Estamos en problemas! La hembra que violé está preñada, necesito algo para hacerla abortar sin dañarla, si Yaroslav se entera...
Ylenia se volvió hasta mirarlo y Mac casi se cubrió la cara sabiendo que ella lo golpearía, no obstante nunca llegó el golpe.
— ¿Acabas de decir, que te atreviste a violar a la monita de mi padre? —Dijo con diversión retorcida—, ¿Y qué ella está preñada? Estás muerto Macnus, no te daré ni una mierda así que consigue lo que te pedí ahora mismo antes de que sea yo misma quien te mate por violar a una hembra, eres asqueroso.
Ylenia cambió de dirección, ahora no iría hasta la celda de los dos macho, en su lugar caminó hasta la de Yasmín, ella misma le había puesto su nombre y la hembra primate había aceptado.
—Yas...
El corazón de Ylenia se arrugó ante la visión de la hembra con el pelo enmarañado y ojos cubiertos de lágrimas, le había recordado a ella cuando era una niña de apenas quince años.
