O. S CASHTON Y MUKE

Strangers | Muke

Luke limpió las lágrimas que corrían por su rostro, estaba furioso, triste y frustrado, odiaba todo, odiaba su vida.

¿Por qué no fue alfa como sus hermanos? Era la pregunta que lo llevaba a aquella depresión, todo hubiera sido más fácil.

Se odiaba tanto que le importaba un carajo el como lo usaban los que compraban su servicio.

-¡Muévete, Luke!- escuchó el gritó de Ofelia, la beta encargada de organizar a los bailarines-. Tenemos a alguien especial esta noche y no quiero que hagas el ridículo.

Luke se puso de pie y fue por el atuendo que le indicaron, aquella noche le tocaba usar unas medias negras con una falda azul marino sin absolutamente nada que cubriera su torso.

Se miró al espejo por última vez, tratando de cubrir sus ojos rojos y sus mejillas sonrojadas, debía verse decente para los clientes.

Respiró hondo y salió junto a los demás omegas.

-Todo saldrá bien- le susurró Clary, aquella castaña bajita que había sido como su hermana desde que llegó ahí.

Él sonrió sin muchas ganas, pero aún así hizo lo que debía, salió con la frente en alto y -como siempre lo hacia- movió sus caderas y sus piernas al ritmo de la sensual música que llegaban a sus oídos.

«Solo déjate llevar por el ritmo» escuchó las palabras de Juliana en sus oídos, la Omega que los hacía ensayar todos los días sin falta.

Podia escuchar como los gritos salvajes de los alfas trataban de llamar la atención de los Omega, pero ellos sabían que su único trabajo era bailar y punto.

Claro que siempre había algún idiota que quería subir al escenario, siendo detenido por los guardias.

Luke sintió una mirada posarse sobre él, buscó al dueño y quiso desaparecer en ese instante.

¿Quién no conocía a uno de los alfas más influyentes de San Francisco?

Michael Clifford era el nombre del alfa que miraba con deseo el cuerpo del rubio.

Nada bueno llegaba a los pensamientos de Luke, de seguro solo lo usaría para coger durante toda la noche y si le iba mal, el tiempo que durará su celo.

Luke se distrajo y casi cae sobre alguna de sus compañeras, pero pudo aguantar el equilibrio y continuó con el espectáculo hasta que terminó.

No tardó en desprender feromonas llenas de preocupación y miedo.

-Apestas, Luke, tranquilízate- pidió Clary al llegar junto a él.

-N-no puedo... Es... Es...

-Arreglate, Hemmings, te han pedido para esta noche- llegó Ofelia sonriente y Luke sintió que se desmayaría en ese instante-. Rápido, él no es de esperar.

-¿Él? ¿Estás hablando de...?- Clary dejó la pregunta en el aire, ahora sabía porque Luke estaba así.

Entonces en menos de cinco minutos Luke ya estaba vestido, con unos pantalones holgados al igual que su suéter, mientras menos mostrara, menos miradas recibiría.

Salió detrás de Ofelia y llegó a una de las habitaciones más lujosas del lugar, su corazón latía aceleradamente, su Omega se removía incómodo y sus pensamientos viajaban a lo que podría pasar, ninguno era bueno.

-Hasta aquí llego yo, Luke, adiós- dijo ella y se fue. Luke respiró hondo y entró a la habitación, ninguna luz estaba encendida y creyó que no había nadie.

Más miedo se apoderó de él.

-¿Qué es lo que has hecho?- preguntó alguien a sus espaldas.

-N-no hice nada- respondió.

-Oh, claro que hiciste, pequeño rubio- Michael recorrió el cuerpo de Luke dando vueltas-. Me cautivaste, eso jamás sucedió en todos mis años de vida.

El Omega sintió como si el aire le faltara al escuchar aquellas palabras, conocía la leyenda, pero no creía que era cierta.

-Dime tu nombre- pidió.

-Luke.

-Muy bien, Luke... Es hora de que me cautives aún más- tomó la mano del Omega y besó con delicadeza. Sonrió al alzar su mirada, Luke estaba en shock, completamente confundido.

-Solo dígame qué hacer.

- Cuéntame todo de ti, conozcamos, hablemos toda la noche, porque después de eso, recorreré tu cuerpo y borraré el rastro que cualquier alfa haya dejado sobre ti... Ya no seremos unos extraños, Luke.

⚜⚜⚜

Dos años después.

Michael admiraba como es que Luke trataba de caminar, sonrió ante tal imagen.

-Tan solo llevas tres meses, Luke, no exageres- rió Michael.

-Pero estoy seguro de que será más grande, debo prácticar- bromeó Luke, realmente hacia aquello solo para que su alfa lo cargara y llevará a la cama, porque odiaba subir escaleras.

-Estas demasiado consentido, cariño- Michael besó la mejilla del rubio antes de dejarlo con cuidado sobre la cama.

-Lo sé... ¿Podrías quedarte un rato más?- le dió una mirada tierna, a la cual Michael no pudo negarse, así que se acostó detrás del rubio y puso sus manos sobre el vientre abultado de su Omega.

Que bien se sentía tener una familia después de estar solo por años.

Respiró el aroma de su Omega, tan tranquilizador como siempre.

-Mi hermosa familia- susurró Michael.

-Y esto a penas comienza- contestó Luke.

Se quedaron en aquella posición por unos segundos, en los cuales Michael pensaba en lo que sucedía en aquella ciudad.

Su mejor aliado había desaparecido por dos días encerrado en su mansión, todos creían que estaba en su época de celo y que debía encerrarse con cualquier Omega.

Pero los rumores corrían, algunos decían que Ashton se había vuelto loco, obviamente eso nadie lo creía.

Y otros aseguraban que la noche cuando se encerró, había encontrado a un Omega que había sido un pago, y que ahora estaba cambiando gracias a él.

Michael tenía muchas ganas de conocer la verdad, aunque prefería estar junto a Luke unos minutos más.

—¿Veras a Ashton? No crees los malos rumores, ¿O si?

—Debo comprobarlo por mi mismo.

—Sea lo que sea, dile que regrese pronto y que el pequeño Omega que lo trae así, será un buen tío— rió ligeramente. Michael suspiró.

—Lo haré, cariño.— besó la mejilla de Luke y se levantó.

Salió de su gran casa rumbo a la mansión Irwin, habian perdido ya un contrato la noche anterior, no podía permitirse uno más, así que decidió mandarle un mensaje al privado, amenazándolo. Solo así lo recibió.

Y sonrió al saber que Luke había tenido
razón, Ashton había caído ante un Omega después de muchos años.

N/a: Continuación Muke del capítulo anterior.