Capítulo 1

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JiMin

-Otro día gris- pensé sin ganas aún en mi cama

Cada día desde mis 15 años habían ido de la misma manera. Pues hace tres años había muerto la única persona que me podía hacer sonreír y me daba esperanzas, pero ella se había ido y a pesar del tiempo su presencia aún me hacía falta, pues su muerte había sido mi culpa, yo había provocado una gran pelea en su familia, pero aún así antes de que finalmente abandone este mundo, me dejó todo por lo que alguna vez había luchado, aunque sabía claramente que probablemente no iba a saber qué hacer, pues tan planeado lo había dejado todo que a mí solo me llegaba el dinero y lo demás se trabajaba solo, es decir no había hecho nada más que respirar en este tiempo solo.

Me levanté ya con mi rutina planteada en mi cabeza, y primero me bañé, para luego ponerme algo cómodo y finalmente bajar a desayunar mientras veía alguna caricatura en la televisión, y la verdad no me molestaba en lo más mínimo por revisar mi celular, ya que sabía claramente que no tenía ningún mensaje ni llamada, pues siempre era igual.

JungKook

-Levántese joven Jeon, debe presentarse ante su padre en 10 minutos.

Al escuchar la palabra padre en la oración me levanté a la velocidad de la luz, me bañé, me cambié y salí disparado a su habitación, pues, aunque no me importaba en lo más mínimo aquel ser, estaba cerca de tenerlo todo en mis manos, todo lo que alguna vez había soñado, y era por esas razones que no debía hacerlo enojar o que cambiara de parecer, o al menos hasta que muriera.

-Buenos días padre- dije con el tono más inocente que tenía.

-Hijo, ven aquí- habló desde aquella cama en la que había estado por casi 5 meses.

Me acerque fastidiado, pero dejando a relucir la mejor sonrisa que podía hacer, pues sinceramente era bueno al momento de actuar frente a él, al llegar tomó mis manos y me obligó a sentarme cerca de él.

-Solo quería despedirme- dijo entre lágrimas, mientras yo fingía tristeza- sé que no pasaré un día más con vida.

-No padre...- me interrumpió

-Solo escúchame JungKook, debes hacer que me perdone.

Mire a mi padre extrañado y lo único que pude concluir era de que ya estaba realmente delirando, la máquina que indicaba los latidos de mi padre cada vez sonaba más rápido, y eso solo podía significar algo, su corazón se estaba apagando, en ese momento de angustia para unos y felicidad para mí, aquel ser tomo con más fuerzas mis manos, acto que hizo que lo mirara.

-Encuéntralo Jungkook.

Fueron sus últimas palabras, luego de eso sus manos aflojaron las mías y sus ojos se cerraron, todos los enfermeros que cuidaban de él entraron e intentaron hacer algo, pero no funcionaba, pues mi padre por fin había muerto.

Eres un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora