Capítulo 29

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JiMin

-Hablaremos de esto mañana- dijo JungKook y comenzó a caminar hacia fuera de la cocina.

Pero ese terrible acto no me dejaba pensar con claridad, no podía entender cómo es que JungKook me había besado y yo no había puesto resistencia por detenerlo, estaba siendo su segunda opción y eso me comenzaba a dañar más.

- ¿Qué demonios estás haciendo? - pregunté lo suficientemente audible como para que solo JungKook lo escuche.

El pelinegro al hacerlo, decidió no salir y solo se volteó para comenzar una guerra de miradas.

-Ya te dije que no lo sé- respondió.

Ninguno de los dos por un largo rato no desvió la mirada y comenzaba a tornarse incómodo y estresante.

-No te entiendo- dije con un tono alto de voz y decidí ponerle fin a esa absurda pelea, después encontraría la manera de salir de los estúpidos sentimientos, pero ahora, solo quería alejarme de él.

-Yo tampoco me entiendo- dijo cuando pasé por su lado para salir de la cocina- pero- volvió a hablar y me agarro del brazo- es tu culpa.

Nuestras miradas volvieron a toparse, pero había algo mas esta vez, mis lágrimas.

-No sabes lo que se siente- dije con voz entrecortada- no sabes lo que se siente querer a alguien y que esa persona juegue contigo.

En un movimiento brusco me zafé de su agarre y cuando me dispuse a intentar salir de nuevo, este solo me abrazó por la espalda volviendo a impedir mi huida.

-Deja de hacer esto- hablé con lo poco de voz que me quedaba, por el nudo en la garganta.

Pero JungKook no se movía, y tampoco decía nada, sentía su respiración en mi nuca, y se sentía de todo menos bonito.

-Terminé con Lilia- soltó de repente.

Y ese solo comentario hizo que mi corazón doliera.

- ¿Por qué me lo dices? - pregunté.

JungKook tras esa pregunta me soltó, pero antes de que pudiera escapar, este me dio la vuelta y me obligó a verlo.

-No lo sé- respondió- solo sentí que debía decírtelo.

Y no sabía porque, pero el corazón dolía mas a cada segundo frente a él.

-Pues entonces te felicito por tu soltería- dije sarcástico- ya puedes ir a buscar a alguien más.

Una sonrisa de medio lado apareció en el rostro de JungKook, y antes de que pudiera reaccionar me volvió a besar.

-Ya encontré a otra persona- susurró en mis labios.

-Entonces no deberías hacer esto- susurré en los suyos.

-Eres muy tonto JiMin- dijo y volvió a besarme.

-Yo solo te digo la verdad- me defendí.

JungKook al notar que no estaba entendiendo la situación se alejó un poco de mí para darme mi espacio personal y volvió a verme directamente a los ojos.

- ¿Quién crees que es esa persona? - preguntó.

-No lo sé- respondí- o acaso yo tengo que estar al pendiente de todas las personas que te tiras.

JungKook enarcó una ceja e hizo una mueca.

-A decir verdad, a esa persona no me la he tirado.

Suspiré cansado y con el nudo aún en la garganta, pensé la manera de detener esto.

-JungKook- hablé tranquilo, tratando por todos los medios no llorar- si tanto quieres a esa persona, entonces anda y quédate con ella.

En serio me estaba esforzando mucho, pero cada palabra me destruía mas.

-Bueno- dijo como si no importara- te haré caso.

JungKook se alejó por completo de mí y salió de la cocina, en ese momento las lágrimas que tanto había retenido salieron sin piedad y cerré mis ojos, ya no había algo con que arreglar eso, pues el pelinegro ya era alguien inalcanzable para mí, pero cuando me decidí a irme unas cálidas manos acariciaron mis mejillas.

- ¿Qué sigues haciendo aquí? - pregunté con la poca voz que me quedaba.

- Lo que me pediste- dijo y extendió su mano.

En ella había una rosa roja, y obviamente era una de las que YuGyeom le había dado a BamBam, pero que más daba, era preciosa.

-Esto va a ser difícil- empezó a hablar- pero algo me dice que debo intentarlo, a pesar de que no comenzamos bien, quiero remendar eso, olvidar que alguna vez nos gritamos, y olvidar que alguna vez tumbe tu puerta, simplemente quiero olvidar las cosas malas y empezar de hoy en adelante con las cosas buenas, de verdad quisiera que me creas, y espero que me aceptes, porque yo deseo cuidarte.

Las lágrimas comenzaron a salir con más fuerza, y ya oficialmente no podía hablar, la única respuesta que pude darle fue apoyarme en él, y abrazarlo muy fuerte.

-Eres un idiota- susurré.

JungKook me abrazó mucho más fuerte, y apoyó su barbilla en mi cabeza.

-Tú también eres un idiota. 

Eres un idiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora