-GALA, YA SE HACE TARDE, APURATE- eran los odiosos gritos de mi madre, levantándome para ir a la escuela.
-¡SI MAMÁ, YA ESTOY DESPIERTA!
Simplemente odiaba levantarme temprano. Todas las mañanas eran la misma historia, mi despertador se atrasaba unos minutos (claro que intencionalmente), y mi madre entraba a mi habitación a despertarme y digamos que no muy amistosamente. Bueno, era de esperarse... se hartaba de mis constantes retrasos.
Tomé una ducha y me vestí con un jean azul al cuerpo y una blusa color amarillo. Y no claro sin mis amadas converse. Tenía miles de pares de éstas, todas de distintos colores y diseños. Pero esta vez escogí unas amarilas, haciendo juego con mi blusa.
Bajé las escaleras, ya que mi cuarto se encontraba en el primer y único piso de mi casa, y me dirigí a la cocina. Allí comí el desayuno preparado por mi madre como todas las mañanas.
Y se preguntarán donde está mi padre. Bueno, esa historia es algo fuerte y complicada . Al yo tener cuatro años, mi padre nos dejó a mi madre y a mi. ¿Motivos? Simplemente porque tenía una adicción, era alcohólico.
Mi madre había soportado ese vicio ya desde cinco años antes de que yo naciera. Un día se cansó de esto y le pidió que si no dejaba de beber se fuera.
Mi padre, sin más decir, tomó sus cosas y se largó. Recuerdo ese día perfectamente. Yo me encontraba dibujando en la mesa del living de mi casa, la misma en la que vivo actualmente. Se escuchaban los gritos desde la pieza de mis padres, la cual, como la mía, se encontraba en el piso de arriba. No era raro escucharlos pelear, yo ya estaba acostumbrada.
De un momento a otro, mi papá bajó las escaleras con una maleta en la mano. Se acercó a mi, besó mi mejilla, y sus palabras fueron exactamente estas:
-Adiós nena, papá se va pero volverá. Nunca te dejará sola.
Pero sus promesas fueron en vano, el nunca volvió. Solo me habló por teléfono algunas veces. Y hasta ahora hacían ya cinco años desde que ni siquiera se comunicaba conmigo.
Sinceramente me dolía y mucho. El había elegido el alcohol antes que a su propia hija. Yo demostraba que el tema estaba superado, que ya no me afectaba en lo absoluto. Pero en el fondo había una gran herida que todavía no cicatrizaba, y que seguramente nunca lo haría.
Lloré años al ver que mi papá no estaba conmigo, y haciendome la idea de que nunca más lo iba a ver, de que el ya no me quería.
Volviendo al tema del desayuno, lo terminé y a los dos segundos sonó el timbre. Era Nicholas, mi mejor amigo, o mejor dicho, mi hermano del alma. Todos los días me pasaba a buscar para ir al colegio juntos. Es el hijo de la mejor amiga de mi mamá.
Nacimos con tres díasde diferencia, el nació tres días antes que yo. Por ende, se podría decir que él era el mayor.
-Mamá, si es Nick hacelo pasar, decile que ya vengo. Voy a buscar mi mochila. - me dirigí a mi madre.
Igualmente no iba solo a buscar mi mochila, también aprovecharía para maquillarme, solo un poco. Rimmel, base, delineador y cubre ojeras (creanme que ésta me hace mucha falta por las mañanas). Rápidamente fui a baño, tomé los artículos necesarios y con ellos pinté mi rostro. En realidad en nuestra escuela no nos permitían estar maquilladas, pero podríamos decir que soy de ese tipo de chicas que no siguen las reglas.
-Hija, apurate. Nick va a llegar tarde por tu culpa- se oyó desde abajo.
-Si mamá, ya bajo. Es que no encontraba mi bolso.- me excusé. Si mi progenitora me veía con la cara pintada me mandaría de vuelta al baño para que me la lave, sin importar que llegara al colegio dos días después.
-Ya estoy ¡Hola Nick!- saludé a mi amigo mientras bajaba la escalera. Me hizo un gesto con la mano en forma de saludo. Usual en Nick, era un chico de pocas palabras.- Bueno ma, te veo luego. Adiós.- me apresuré a salir para que no notara el maquillaje.
-No querés que vea tu rostro ¿No es cierto?- me dijo Nick apenas cerramos la puerta.. ¡Este chico si que me conocía!
-¿Fue muy obvio?- pregunté.
-No lo sé, pero digamos que si tu mamá hubiera sospechado no te hubiera dejado salir antes de inspeccionarte. Así que por ahora la técnica sirve.-dijo con media sonrisa.
-Y espero que siga así.
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"LA CHICA DE LOS CORAZONES ROTOS"
Teen FictionEllos son amigos, se conocen prácticamente desde que están en las panzas de sus madres. Pero estos jóvenes nunca pensaron que podrían enamorarse, nunca pensaron que podían llegar a sentir algo más que el amor de hermanos, de mejores amigos, el cual...