Antes de la tormenta

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Narrador yop :3

Los dos chicos se separaron del beso y ante la mirada sorprendida de Tetsuya el rubio se arrodilló y tomo las manos ajenas entre las suyas.
- Algún día espero estar en esta misma pocision Honey y pedirte que unas tu vida con la mía para siempre.-el asombro no abandonaba el rostro del más bajo al igual que una felicidad inmensa bailoteaba dentro de su pecho- Pero por el momento me conformare con lo siguiente- los ojos de Nash miraban al pequeño con total devoción, como si no hubiera otra cosa digna de ver, más que aquel bello peliceleste- Kuroko Tetsuya ¿quieres ser mi novio?- el de ojos color cielo no pudo evitar sonreír, sonrió como nunca lo había hecho, sonrió porque estaba contento, sonrió por un amor olvidado y el nacer de uno nuevo, sonrió porque simplemente le apetecía hacerlo. Mientras tanto Gold al mirar esa expresión en la cara de su amado, sintió como su corazón se aceleraba y se detenía al mismo tiempo, jamás había visto algo más hermoso que aquel ángel frente a él.
- Si, acepto ser tú novio- Nash se levanto rápidamente y beso a Tetsuya, primero lentamente y luego acarició los labios con su lengua en una silenciosa petición a la que el peliazul accedió, dando paso al más alto que inició una exploración en la boca ajena. Se separaron luego de un rato y juntaron sus frentes.
- No me sueltes nunca Honey- Gold cerro los ojos y apretó la mano de su amor.
- Jamás.








Una semana había pasado, ahora se encontraba el Jabberwok y the Fallen (junto con el entrenador) en el departamento de Tetsuya.
- Ey!!! Cuidado con esa mano!!!- Urie le lanzó un cojín a Nash, al ver que esté intentaba meter su mano bajo la playera de su gatito, que estaba sentado en el regazo del rubio- Pervertido de mierda.-
- Celoso?- murmuró Gold con una sonrisa burlona mientras besaba el cuello del peliazul (que leía un libro ignorando a ambos) sin apartar la mirada del pianista.
- Pfff para nada, en cuanto te vayas, el gatito se ira a bañar y como hoy es martes lo esperaré en mi cama para dormír- contestó Urie con suficiencia, logrando que Nash lo viera con enojó y envidia. Y para aumentar la ira del rubio, lo miembros de su equipo que estaban sentados en el comedor hicieron un sonido de burla.
- Te jodieron Nash, jajjajjajajjajaj- se carcajeo Silver
- Vaya que lo jodio- apoyó Nick
Todos los del Jabberwok rieron, mientras los de The fallen contenían su diversión por miedo al rubio.
- Honey!!! Tu amigo y esos idiotas me estan molestando!!!!- acusó como niño pequeño.
- Tú empezaste, aguantate- respondió Tetsuya con la mirada fija en su lectura, pero aun así sostuvo su libro con una mano y con la otra tomo la de Nash haciendo que el ojiverde sonriera y lo abrazara con más fuerza contra sí. Y es que desde que eran pareja, Gold aprovechaba cualquier oportunidad para tocar a su lindo novio, de preferencia frente a la gente.
- Oye enano, ¿ Qué no ibas a ir a Japón está semana?- pregunto el entrenador captando con ello la atención de todos.
- Ah sí, el aniversario de mis abuelos es en unos días y quería pasarlo con ellos- dijo Kuroko como si nada.
- ¿Te vas a ir Honey?- el mago ya estaba pensando en que maleta llevarse para acompañar a su bebé a Japón.
- No, mi abuelo me llamo y al parecer de regalo de aniversario va a llevar a mi obaa-san de viajé-
- Ya veo entonces retomaremos los entrenamientos la siguiente semana- los miembros de The Fallen hicieron una cara de sufrimiento.

Narrador Kuroko

Luego de comer, el entrenador y yo empezamos a hacer ajustes para la nueva rutina de entrenamiento que seguirá el equipo.
- No piensa que sería mejor hacer ejercicio de resistencia en lugar de practicar jugadas- comenté a Jordan-kun cuando me mostró el nuevo programa.
- También lo pensé enano, pero toma en cuenta que esté año entran nuevos, así que sería mejor que comenzarán acostumbradose a tus diferentes formas de juego.- no pude evitar recordar cuando Kise entró al equipo en Teiko.
- Si tiene razón-
- Suelo tenerla- aseguró orgulloso y yo sonreí, iba a comentar algo más cuándo un fuerte sonido nos distrajo.
Ambos dirigimos la vista hacia la ventana, donde pudimos observar como el cielo relampagueaba y grandes gotas de lluvia chocaban contra la ventana.
- Mierda- murmuró el entrenador- Oye enano crees que puedas darme asilo hasta que pase la tormenta, hoy no traje mi carro.
- Por supuesto- asenti y volte encontrandome con las miradas suplicantes de los demas chicos de ambos equipos. Solté un suspiro- Todos pueden quedarse.
- Que bien!!!
- Siiii!!!
- Por eso te quiero pulga!!!!

La luz de la sombra (En EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora