27 Sorpresa

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-¡Auch! Eso dolió Em.

-Es que tienes muy enredado el cabello, Alex. No sé cómo no viniste a mí antes. Te voy a peinar a diario mientras sigues con el brazo inmovilizado. Me gusta tu cabello ondulado pero con el aire que hace por aquí y tú siempre con el cabello suelto y sin peinar como debes, no es nada bueno.

-Si así lo ves para peinar, imagínate cuando lo lavo. Eso sí es algo que no sé cómo es que logro hacer.

-Ya está -termina de ponerme una liga y me entrega un pequeño espejo-.

-Esto luce bien, gracias Em -me ha tejido dos trenzas que yo conozco como de palma-. Hace mucho no me peinaba de esta manera, Mia no sabe hacer este tipo de trenza y la que solía tejerme el cabello era mamá pero, bueno, ya sabes. Gracias de nuevo Em.

-No es nada Alex.

Hoy no estoy trabajando en el camper de Matt ni cerca del estudio porque a algunos les tocó grabar escena en el exterior, así que me llevaron con ellos. Estoy sentada debajo de un árbol trabajando en las ediciones de la sesión de fotos cuando Em se acercó a peinarme porque me vio batallando mucho con mi cabello, porque como no lo tenía amarrado y hace mucho viento, todo se me iba a la cara y no me dejaba ver, así que se ofreció a peinarme.

-Oye, te traje algo -saco un recipiente de mi mochila y se lo entrego-. Solo traje para ti, así que sé discreta -ella mira el contenido y se emociona un poco-.

-Tiene mucho que no como albóndigas. Ay, ya hasta se me hizo agua la boca. Gracias Alex.

-De nada. Ahora anda, vete a grabar que no quiero que te regañen por mi culpa.

-Bien, no hace falta que me corras. Te veo en un rato Alex -asiento y la veo marchar y luego sigo con mi trabajo-.

-Deberías tomarte un descanso, ya tienes los ojos un poco rojos -ha pasado como una hora desde que se fue Em, cuando Matt me habla y se sienta a mi lado- ¿O es que acaso te has drogado, Alex? Muy mal, no es bueno para la salud.

-Muy gracioso -pongo en hibernación la computadora y la cierro-. ¿Ya están en su descanso?

-Sí y aproveché para venir a verte y traerte esto -me entrega un vaso con café-.

-Gracias -le doy un trago-, ya aprendiste cómo me gusta.

-Tenía que hacerlo después de traerte uno a diario.

-Sí, es por eso que eres el mejor -me da un beso en la sien-. Oye, terminando con todo aquí iré con Mia al cine. Para que no me esperes ¿está bien?

-Claro, diviértete con ella. Ya no han salido juntas y les vendría bien. Por cierto ¿ya pensaste la excusa para la tarde de su cumpleaños?

-Sí, me la llevaré a un boliche y a comer helado. Eso nos mantendrá ocupadas por un par de horas para que Alberto termine todo.

-Y para mañana ¿Cómo irás a recoger a tus tíos y a tu prima?

-Pensaba irme en metro y al salir tomar un taxi para irnos todos a casa.

-Pediré permiso y te llevaré. Después de eso tendrás que regresar al estudio ¿no? Para que Mia no sospeche.

-Sí, planeo hacerlo aunque eso implique dejarlos solos por unas horas. Y no es necesario que me lleves. Puedo apañármelas sola.

-No es problema. Tengo curiosidad de conocer a alguien de tu familia. Tú ya conoces a mis hermanas, así que me parece justo.

-¿Esa es tu manera de ponernos a mano? -asiente-. De igual manera los ibas a conocer si esperabas al jueves.

Tu refugio. [A Primera Vista #1] (Matthew Daddario)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora