- No hay duda, se ha librado por segundos.
- ¿Pero dónde lo encontraste?- yo había hasta llorado al ver el cuerpo de Judal, ahora reposando en una sala de invitados y rodeado de casi todos los magos médicos de Sindria, incluido Sphintus.
- Noté una anomalía en el Rukh por la zona de Balbadd, como si un gran poder se hubiese acumulado y desaparecido sin más, así que fui a echar un vistazo y allí estaba- explicó Yunnan, tan preocupado como yo. Nadie compartía el sentimiento, seguían sin confiar en el Magi oscuro. Lo curioso es que justo yo, una persona que había sufrido un daño irreparable por su culpa, ahora lo estaba defendiendo de las críticas de todos, aunque debían comprenderlo ya que yo era la única que realmente veía el cambio en él-. Por el Rukh que quedó cerca deduje que se había teletransportado en un estado crítico, se arriesgó demasiado usando tanta magia a la vez.
- Es un Magi, ¿por qué no tomó energía del Rukh?- preguntó Sinbad, sospechoso. Estábamos los generales, él, Yunnan, Aladdin y yo delante de la puerta donde estaban atendiendo al pelinegro, aguardando por noticias.
- No pudo- negó el rubio, abrazando su báculo con preocupación-. Estaba demasiado débil y apenas consiguió controlar su propio magoi. No sé qué le habrá pasado pero parece muy grave, sea quien sea estaba dispuesto a matarlo de la peor forma.
- Os dije que su vida peligraba- fruncí el ceño-. Sabía que se jugaba el cuello al rebelarse y sacarme de aquel lugar, y le dio igual. Por eso se lo han llevado para castigarlo, él mismo me dijo que los viejos dejaron claro que no lo necesitaban para seguir urdiendo planes, e igual que conmigo intentaron matar a alguien con un inmenso poder. Si no pueden controlarlo se lo quitarán de en medio, y nosotros dos somos la prueba más reciente.
- Y qué pruebas- suspiró Sphintus de repente, saliendo de la habitación con mala cara. Todos lo miramos impacientes, y volvió a suspirar antes de hablar-. Ha sufrido una extracción de Rukh bestial, por lo que veo estuvieron usando múltiples hechizos en él y el más fuerte fue ese, en otras palabras intentaron arrancarle el alma.
Nadie dijo nada.
- De resto tiene marcas similares a las de Reena, parece que le estuvieron aplicando magia de luz para debilitar su cuerpo igual que a ella, han seguido casi el mismo procedimiento. Sin embargo se nota que su poder no es físico, si fuese más fuerte habría tardado más en llegar a este estado.
- ¿Está vivo?- pregunté histérica. Asintió, serio. No le hacía gracia mi complicidad con el hombre que me había violado y provocado un embarazo que terminó en desastre, era comprensible.
- Sus constantes vitales eran prácticamente nulas cuando Yunnan lo trajo aquí, pero hemos conseguido estabilizarlo. Si nos basamos en la experiencia de Reena y le añadimos el hecho de que es más débil puede que tarde más de una semana en recuperar la consciencia, por el momento usaremos magia para mantenerlo hidratado y colaremos alimentos en estado líquido por su garganta, ya hemos curado las heridas superficiales y estamos tratando las internas.
- ¿Me estás diciendo que llegó a este punto sólo por salvar a Reena de lo mismo?- ni Yamuraiha ni nadie aparte de los dos Magis y yo se acababan de creer esa historia, ni siquiera viendo lo demacrado que estaba Judal cuando apareció en brazos de Yunnan.
- En casi 19 años de existencia mis ojos jamás me han fallado- repliqué, empezando a enfadarme-. Lo habéis comprobado de primera mano, nada se escapa a mi intuición, ni siquiera un Magi. ¿Por qué os cuesta tanto asimilar que ya no es ese joven sádico que todos conocemos? Está cambiando, empezó en el mismo momento en el que se enteró de la muerte de nuestro hijo, ahí se le retorció el diminuto atisbo de humanidad que nunca llegó a corromperse. Y de camino a Kou se rompió en mil pedazos cuando lo abracé, lo único que necesita es rectificar y empezar de cero.
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Gemas amatistas
HumorNo es maga, pero hace milagros No es una conquistadora de calabozos, pero tiene un poder oculto. No tiene familia, pero sí amigos en quienes confiar hasta la muerte. Reena nunca pensó que lo perdería todo ese día. Una humilde invitación al palacio d...