Komaeda sorbe la nariz con un poco de fuerza, pasa su mano buena por encima de sus mejillas para con esto eliminar el rastro de agua salada, las cuales siguen deslizándose sin control, siente como el pecho sube y baja con rapidez. El llanto se le escapa de los labios, trata de calmarse, pues la cabeza ha empezado a dolerle; pero no puede, el hecho de que Kamukura haya estado mintiendo todo estos meses, solo hace que el dolor aumente.
—Nagito.
Extiende la mano derecha para atraerlo hasta su pecho.
— ¡No me toques!
Alza la voz con ira, retrocede más y lleva las rodillas hasta su pecho como una forma de protegerse, ya que, al tener nada más que la camisa del alfa puesta hace que se sienta muy vulnerable.
—Nagito, si no dejas que te explique có...
— ¡Qué cosa vas a explicar! — Interrumpe aumentando el tono— ¡Qué excusa dirás para haberme ocultado! ¡Que nos conocíamos!
Los ojos le arden, al igual que la garganta.
—D-dijiste que...que ya no ibas a ocultarme nada —observa fijamente las uñas de sus pies—. P-Prometiste confiar en mí y...y todo este tiempo...—desprende feromonas de tristeza—,...todo este tiempo has estado mintiendo...fingiendo...
El azabache evita acercarse, sabe que cualquier movimiento que realice hará que el contrario reaccione mal.
—Jamás he estado fingiendo —el tono es firme—. Te amo, Komaeda Nagito. El que te haya marcado, dicho que deseo una familia, que este contigo, nada de eso ha sido mentira.
Ya no sabe qué creer. Todo lo que ha pasado le parece una farsa, quién sabe; tal vez, se volvieron a ver luego de ese encuentro en aquel cuarto tipo sótano y su persona no tiene consciencia de aquello debido a que...a que...
— ¿Tú...Kamukura...borraste mi memoria?
Cuestiona al haberse percatado de ese detalle.
—Sí, lo hice —de nada sirve que oculte la verdad—. Borré ese encuentro de tu mente.
— ¿P-por qué?
El sentimiento de no poder recordar absolutamente nada, hace que se frustre más.
—Hubiera sido aburrido el que supieras quién soy, Nagito.
El rojo no deja de analizar la enfermedad del albino, quien suelta un jadeo, pues está horrorizado.
— ¿Cómo que aburrido?
Va a ser directo, si Komaeda desea conocer la verdad, eso cumplira.
—Nagito, sabía que ambos íbamos a reunirnos en la ciudad Towa.
Sacude la cabeza de un lado a otro, es demasiada información.
—Sabías que Enoshima iba a enviarme aquí —menciona recibiendo una afirmación del azabache—. No lo puedo creer.
Murmura queriendo vomitar.
—Como dije fue porque sería aburrido...
— ¡Ya entendí!
No quiere volver a escucharlo.
—Nagito, no comprendo tu malestar —usa aquel tono que hace tiempo no había escuchado—. Sabes que al principio no tenía ningún interés por tu persona más que tenerme debajo mío —se sonroja—. Sin embargo, eso ha cambiado. He cambiado gracias a ti y lo agradezco.
Desvía la mirada, no quiere caer, Kamukura es bueno con las palabras.
—Aún así —hay un tema o una persona que se le viene a la mente—. Ocultaste...tú...por qué tienes el gancho de Nanami Chiaki.
Silencio.
— ¿Acaso...significa algo para ti?
No dice nada.
— ¿Significa, ella, algo para ti, Kamukura?
Permanece callado y el omega muerde el labio inferior con fuerza, deja que las lágrimas vuelvan a caer. Se siente tan usado, engañado, reemplazado; por qué más el azabache tendría el gancho de Nanami sino es debido a que hubo una historia entre ellos dos.
Decide ponerse de pie, el aroma café hace que se confunda más.
—Nagito —lo detiene agarrando esa mano con fuerza—. No te vayas, por favor. Déjame explicarte.
—No quiero escuchar...que digas... —solloza y se apoya en sus rodillas—,...que hubo algo...por favor —llora sin poder evitarlo— ¡No lo hagas!
Se derrumba.
Se rompe.
Kamukura jala de esa mano para así envolver el tembloroso cuerpo de su omega para acariciar los cabellos blancos, tratando de calmar el llanto, el cual hace que su corazón duela.
—Nagito, pequeño omega, no tienes por qué creer que... —busca las palabras adecuadas—,...no hubo nada entre esa omega y mi persona.
Sorbe la nariz.
—P-pero, en el vídeo...ella menciona a Hinata.
Evita gruñir al haber oído aquel nombre, que los hermosos labios de su pareja lo haya pronunciado hace que odie a la persona quien fue alguna vez.
Ya tendrá tiempo de descubrir quién ha sido la persona que le dio aquella evidencia al de ojos grises. Ahora, debe solucionar este problema, quitarle la inseguridad que debe estar sintiendo su lindo omega.
—Nagito —limpia las gotas de cristal—. Jamás llegué a interactuar en ningún aspecto con Nanami Chiaki —el rojo transmite sinceridad—. Sin embargo, ella sabía quién había sido sujeto de prueba, aquello hizo que tuviera curiosidad por saber qué relación tenían; por eso fui cuando estaba a punto de morir.
— ¿Y el gancho?
Puede entender lo que acaba de decir, su persona, también, hubiera ido con el individuo que conocía a su antiguo yo; sin embargo, tiene que ver eso respecto a que conservó aquel horrible accesorio.
Kamukura tarda en responder, debe ser meticuloso con las palabras que usará, está un poco tranquilo debido a que el albino está dejándose abrazar; pensó que iba a gritarle y huir de la casa que lo iba a dejar, sin duda, ha cambiado.
Ambos lo han hecho.
—Nagito —el tono es serio—. Escucha lo que te contaré a continuación no será de tu agrado.
Frunce el ceño, intrigado como confundido a la vez.
—Pero, por favor —agarra ambas manos y las besa—. Escucha hasta el final, no importa cuán doloroso sea, te pido que me escuches recordando en toda ocasión que te amo demasiado.
Komaeda asiente con los ojos bien abiertos, no tiene más opción, el que se vaya, haga un drama sin haber oído antes la explicación del alfa, no sería maduro de su parte.
Solo debe ser fuerte y soportar la cruel, injusta, verdad.
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Impredecible © (Kamukoma/Omegaverse) [Primera Temporada] |Terminada|
FanfictionKamukura Izuru quiere comprobar cuál de los, la esperanza o la desesperación, es lo más impredecible para él. Sin embargo, el alfa de larga cabellera oscura se dará cuenta de que lo único impredecible es el amor que siente y recibe por del omega: K...