Marcela

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Logre levantarme con mucho esfuerzo a las diez de la mañana. No quería llegar después del mediodía. Aunque mi jefa lo había permitido. Me arregle lo mejor posible. Llame al chofer el cual pareciese vivía muy cerca de mi apartamento ya que tardo menos de cinco minutos en pasar por mí.

Pase por la oficina de mi jefe. Se notaba visiblemente ocupado,  lo observaba caminar de un lado al otro mientras mantenía una intensa conversación con alguien. A eso de las cinco de la tarde cuando me disponía a dejar la oficina. Danka entro y me pidió lo escuchara. Me dijo que el día anterior se comporto frió y un poco rudo, porque dentro de su oficina hay cámaras de seguridad con audio. Así que todo lo que sucede en su oficina es captado en vídeo. Por eso no podía comportarse cariñoso conmigo, o hacer algún ademan que fuese mal interpretado. Según el,  las cámaras son por seguridad. Ya que la empresa es multimillonaria y ademas de esa Él es socio de varias multinacionales. Aparte de ser el único conocedor contraseñas especiales y números de cuentas bancarias de muchos ceros.

__ Por lo tanto mi seguridad es muy importante. Siempre tengo guardaespaldas cerca, aunque nadie los vea allí están__. Escucharlo me devolvía la fe en esta vida. Que feliz me hizo. Después de aclarado todo regreso a su oficina.

Apenas llegue al apartamento me di un largo baño. Pero también aproveche para darme algo de placer. Verlo tan cerca encendió mi libido. Mientras lo escuchaba podía sentir como mi vagina se humedecía. Su aroma, voz y mirada me ponían a millón. Me recosté dentro de la tina. El agua tibia ayudaba en mi misión. Concentre mis pensamientos en Danka. Podía sentir sus besos. Su húmeda lengua recorriendo todo mi cuerpo. Pase lentamente mis manos sobre mi pecho bajando suavemente hasta mi abdomen. Recordaba el calor de su cuerpo. Casi que escuchaba su respiración ajitada. Comencé a manipular mis pezones los cuales comenzaban a hinchar.  Su boca chupando mis senos. Baje una mano hasta mi clítoris que ya estaba listo para la acción. Lo movía de un lado a otro, imaginando y recordando como Danka lo apretaba, lo halaba y chupaba. Mis movimiento se volvían cada vez mas rápidos, comencé a gemir . Oh cuanto deseaba tenerlo allí entre mis piernas.

Sonó el celular. Maldita sea, quien me mando a traer el celular para el baño. Cuanto odiaba ser interrumpida cuando me auto complacía. Siguió sonando, así que tuve que contestar. Cuando vi quien era casi dejo caer el teléfono a la bañera. Que demonios quería a esta hora.

___Hola Marcela___ respondí entre dientes.

___Buenas Noches. Espero no incomodarte, estoy bastante aburrida. Así que me gustaría saber si puedo visitarte. Podemos pedir comida a domicilio___ ¿Qué dices?.

Esta bien, te espero. Salí de la bañera. Me puse un camisón, bastante transparente, ya que no tenia otra clase de piyama, lo cual no me preocupo ya que al fin y al cabo Marcela es mi amiga. A los pocos minutos llego Marcela. Me sorprendió ver que vestía una micro mini falda, y un tubo. me pareció se veía bastante vulgar. Parecía una puta. Sin embargo pensé que no tenia nada de malo, ya que venia directo de su casa. Me saludo con un beso en la mejilla. Rápidamente nos pusimos cómodas y empezamos a ver la película que traía. Casi me caigo de la silla cuando vi el titulo de la película. La Rosa Caliente. Le pregunte de que trataba, a lo que no quiso responder. Solo me hizo señas para que hiciera silencio.

La película comenzó con una mujer, la cual escribía una carta de amor para otra mujer. Enseguida me percate que era una película porno de lesbianas. No me pareció apropiado ver porno con mi jefa. Así que me levante y le pedí viéramos otra película, porque esa me hacia sentir incomoda.

__¿A que le tienes miedo?__ me pregunto de forma desafiante. Somos dos mujeres adultas, yo estoy segura de mi sexualidad. Imagino que tu también. Simplemente quise salir de la rutina con mi amiga. 

Historias de CamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora