Cuando el sol dejó de brillar- Borusara

En la boca del lobo

Hola, les dejo un nuevo capítulo. Espero que les guste y dejen sus comentarios y votos.

Esa noche pernoctaron en una cueva, escondidos de los ojos curiosos y sobre todo del enemigo que los pudiese atacar. Boruto durmió con un ojo abierto, alerta a cualquier ruido que indicase la presencia de algún intruso. Cualquier cosa para garantizar la seguridad de Sarada. La conciencia de que si el enemigo atacaba sería con la intención de causarle el mayor daño posible le ponía los pelos de punta, era claro lo que los malos harían, ir por la joven Uchiha y matarla para que él sufra. Y eso no lo iba a permitir, estaba seguro de que no sobreviviría a otra pérdida de esa magnitud. Lo que sentía por Sarada era demasiado fuerte e intenso, el sólo hecho de pensar en ella lastimada le estrujaba el corazón y sentía que algo lo hacía girones desde dentro. Sólo quería ver llegar el amanecer para seguir su camino y encontrar al escuadrón de apoyo, cuanto más protección para ella mejor. Sólo así, podría dormir en paz.

Muy temprano por la mañana reiniciaron el camino, él optó por consumir una de las píldoras de soldado que llevaba consigo a modo de precaución, esta de inmediato lo ayudó a recuperar las fuerzas perdidas debido a la mala noche.
Iban con cuidado por el medio de un bosque. Repentinamente, un silbido rompió el silencio y dos segundos después una kunai cortó el aire. Con un movimiento rápido esquivó el ataque, de inmediato buscó a Sarada con la mirada, ella también había esquivado un par de kunais y se encontraba a salvo.

- Puedo cuidarme sola- aseveró la chica. Él lo sabía, mas igual se preocupaba por ella, quería tomarla en brazos y correr lejos, pero el enemigo seguía lanzando kunais desde las sombras.

Esquivaron todas las armas filosas que el enemigo lanzó contra ellos y a los pocos segundos varios renegados surgieron de entre las sombras. Ahora que el enemigo se manifestaba, Boruto pensaba acabar con todos- desenvaino su katana- hubiera preferido que Sarada no presenciase ese lado sangriento suyo pero no le quedaba de otra, la seguridad de su novia era lo primero y el enemigo caería, sólo conservaría a uno con vida para el interrogatorio.

El infierno de desató como una avalancha de cuerpos dirigida hacia ellos, armas, golpes y sellos explosivos, todo con el fin de herirlos. Sarada era hábil y sus movimientos rápidos la mantenían a salvo. Además de llevarse por delante a cualquier enemigo que se aproximaba lo suficiente. Boruto por su parte avanzó de frente- con la ira reflejada en el rostro- esquivando los ataques del enemigo y tomando la vida de los que se colocaban al filo de su arma. De pronto una serie de explosiones, luego una cortina de humo, trató de alejarse para mejorar su visibilidad pero una maldición irrumpió en el ambiente....entonces la respiración se le cortó, el enemigo había acorralado a Sarada y un par de cadenas- reforzadas con chakra le impedían el movimiento- uno de los ninjas preparaba un ataque, una espada cargada de chakra iba directamente al cuerpo de su novia. Por reflejo se movió, mató a dos ninjas más y sin pensarlo se interpuso en el camino del arma que lo golpeó en el costado izquierdo. No pudo evitar el ataque pero sí logró desviar la espada lo suficientemente como para que no le dé en el corazón, con un último esfuerzo atravesó el pecho de su enemigo con su katana antes de caer de rodillas en el suelo.

Sarada, que había logrado liberarse, fue directo a su lado y miró con horror como la sangre brotaba a borbotones. Aplicando chakra medicinal empezó a frenar la hemorragia, sin embargo los renegados restantes la acechaban.
Con cuidado Boruto se puso de pie, seguido por Sarada quien tenía activado el sharingan lista para contra-atacar.
El joven Uzumaki sentía un fuerte ardor en el costado, las piernas pesadas y una neblina en su mente- esto no pinta bien- se iba a desmayar. Luchaba contra el suelo que lo llamaba y nublaba su vista, no podía dejar a Sarada sola con el enemigo. Estaba por desvanecerse cuando fueron rodeados por un grupo de ninjas- identificó los protectores de Konoha- al fin, hace varias horas que debieron encontrarse pero algo los debió retrasar. Ahora Sarada estaba a salvo y él podía descansar, por fin se dejó vencer por el suelo y se desplomó. La voz de su novia llamándolo fue lo último que escuchó antes de dormir tal vez para siempre.

-¿Por qué no despierta?- Sarada levantó la voz desesperada.

-La herida es grave, su cuerpo ha sufrido demasiado. Lo primero es estabilizar al joven Uzumaki para poder trasladarlo a Konoha.

- ¿No pueden traer a mi madre?!- la desesperación se abría paso en su corazón, si algo le pasaba... no quería ni pensar en eso.

- En este momento no es posible que ningún Uchiha deje la aldea, pero hemos enviado a buscar a la quinta Hokage.

- ¿Qué está pasando? ¿Por qué mi familia no puede dejar la aldea?- el pánico se reflejó en su rostro y el ninja médico lo notó.

- Es por seguridad. El líder del Clan prefiere tener a todos seguros, por eso usted debe partir a la aldea, nosotros nos encargaremos del joven Boruto.

Su padre la mandaba a llamar, ¿acaso esperaba que dejara a Boruto cuando su vida corría peligro? Eso jamás, ella se iba a quedar a su lado hasta que el mejorara y ambos puedan retornar juntos.

-Eso no va a pasar. Me quedo y no voy a cambiar de opinión.

- Sarada tienes que venir con nosotros- la voz a su espalda la sobresaltó.

- Yatori....

- Él estará bien....

El sharingan se dibujó en sus ojos- He dicho que me quedo.

-E..está bien Sarada, yo les aviso.

Mientras un informe con las últimas noticias era enviado a Konoha, Sarada se quedó en el hospital de aquel pueblo junto a Boruto, esperando a que mejorase para regresar a Konoha.

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- Esta es nuestra oportunidad, si lo llevan a Konoha aumenta la dificultad para llegar hasta Boruto.

- Sí, jefe. Enviaré a un grupo pequeño que vaya por Boruto.

- Es una lástima que no viva para ver a la princesa Uchiha morir, pero que sepa lo que le va a pasar a su novia, antes de enviarlo al infierno....