10-¡Centro de Estimulación Temprana!

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-¡Ya te lo he dicho, papá!-bufé reposando mi cabeza sobre mi mano-, ¡Se lo he prometido a Amy!, ¡no puedo dejarla plantada!

William retuvo su expresión indiferente y siguió ojeando unos contratos.

-¿Cuándo dejaras de usar a tu esposa como una justificación para no trabajar?-dijo con voz pausada, casi como un suspiro de aburrimiento.

-¡No la uso como una justificación!-repliqué molesto.

Mi padre, finalmente, se dignó a mirarme. Pero, luego, volvió a ver los papeles en su escritorio inmediatamente.

-¡Papá!-me sentí como un crío terco pidiendo un dulce.

El hombre suspiró con pesadez y desvió la vista de los papeles para, después, guardarlos  en un cajón de su escritorio.

-Vale, Daniel…-bufó quitándose las gafas-, pero que sea la última vez que interrumpes tu trabajo de esa forma.

Me removí con nerviosismo en la silla giratoria.

-Bueno…-carraspeé-…De hecho, creo que me ausentaré más frecuentemente de la oficina.

-¡¿Qué has dicho?!-exclamó alarmado.

-¡Es que necesito pasar más tiempo con mi familia!-expliqué con tono de súplica.

-¡Daniel!, toda mi vida he estado dedicado al trabajo y a mi familia nunca le han faltado mis atenciones.

Agaché levemente la cabeza y miré hacia otro lado.

Me limité a guardar silencio para que papá pudiera pensarse mejor esa frase que había dicho… <<A mi familia nunca le han faltado mis atenciones>>…

¡Claro!, ¡y como yo no estoy dentro de su círculo familiar!

William pareció captar el mensaje. Emitió un suspiro desde el fondo de su garganta y relajó su organismo en silencio.

-Mi relación con Amy ya no es como antes…-dije en voz baja, después de un tiempo-…Ahora estamos más distantes, como si lo único que importara en nuestra vida fuera trabajar, cuidar a los niños y darnos besos carentes de emoción. Además-agregué con rapidez-…a ella no le gusta que pase mucho tiempo en la oficina…

William enarcó una ceja.

-Tuve un problema de faldas…-aclaré. Papá frunció el ceño y me miró con un signo de interrogación en su rostro-...¿En serio no sabes nada del tema?-pregunté incrédulo.

Negó con la cabeza.

-Dudo que algún empleado o la chismosa de mi hermana no te hayan dicho nada.

Paternidad ©--PausadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora