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−Agust, hoy ha venido un nuevo cliente.− Hablaba el señor kwan al otro lado de la línea.

−Sí señor, a sus órdenes. Pero... Se puede saber, ¿Por qué quiere que lo haga?

−Em... No es algo que deberíamos intervenir. Pero creo haber escuchado que esta persona le ha comprado droga al señor Chul-Moo. Y pues no se la ha pagado.−Hablaba algo rápido y a su vez serio.−Luego te enviaré por mensaje los datos de la persona. Y el arma que uses es tu decisión.−Dijo para luego cortar la llamada.

−Seguro es otro adolescente rebelde que compra porquería para no ser rechazado.Susurró YoonGi para luego sentir una leve vibración en su mano izquierda.

Kwan hyung

Agust, aquí están los datos.

Nombre: Jeon Jungkook.

Edad: 18

Peso: 145 libras.

Atura: 178 cm.

Localización: A dos calles del río Nakdong.

Color de cabello: Castaño con mechas rosas.

Color de cabello: Castaño con mechas rosas

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Agust

Bien, y no me lo repitas. Sé que tendré que observarlo por un tiempo, y luego de eso juro que usaré una Desert Eagle

Kwan Hyung

Perfecto.

Yoongi guardó su celular en su bolsillo trasero, fue a bañarse para luego vestirse y salir en busca del tal Jeon Jungkook.

Una simple camisa a cuadros gris con azul, una remera gris, unos pantalones negros y por ultimo sus zapatillas negras. Nada extravagante la verdad. Odiaba usar ropa que llame mucho la atención, él estaba bien con su soledad, era la única que nunca lo juzgaba.

Si, Min YoonGi o Agust –No importaba la verdad cómo lo llames− Era un chico solitario. Prefería no tener amigos, Já, ¿para qué?, todos lo juzgarían como hasta ahora lo han hecho al igual que su propia madre. Que por desgracia estaba en ese trabajo de porquería para comprarle medicinas. Como su madre es demasiado terca se reúsa a tales medicinas.

Solamente se la pasa criticando a su único hijo que trabajaba –Matando personas, por desgracia− Únicamente por ella, no sabría qué hacer si a ella le pasase algo. Él no sería nadie. Él la ama demasiado para permitir que ella sufriera el mínimo daño.

Se dirigió a la dirección que su hyung le había indicado. Pero al llegar había puras tiendas de ropa y unos cuantos cafés. Que si no fuese porque Kwan le ha pasado una foto del tal Jungkook le sería imposible reconocerlo.

Había un chico que se parecía demasiado al de la foto. No lo pensó dos veces y lo siguió.

Llevaba siguiendo diez minutos al adolescente y ya estaba cansado, sus pies dolían, su cabeza rogaba tocar su almohada y su cuerpo su bella cama.

−Por qué tienes que caminar tanto niño.− Refunfuñaba el pelinegro escondido detrás de un poste.− No me gustaría matar un ser humano tan bonito... Espera, ¿Qué carajos estoy diciendo? Vamos YoonGi, concéntrate. Hazlo por tu madre, ella necesita esas medicinas tan estúpidamente caras.−Susurraba hasta darse cuenta que Jungkook ya no estaba a su visión, hasta localizarlo en un pequeño café, pequeño pero acogedor.

Sin más entró al lugar, al abrir la pequeña puerta de cristal una campanita sonó en señal de que alguien había entrado.

Empezó a buscar una mesa cerca del adolescente para tenerlo en la mira pero a la vez ser discreto. Pues si ahora de la nada se acerca a él lo considerará un loco y puede que llame a la policía.

−Buenas tardes...−Una mujer muy bonita con ojos grandes y cabello hasta los hombros se acercó a su mesa. −¿Ya está listo para pedir o necesita la cartilla?

−Un café cortado está bien. –Dijo seco al ver alguien sentarse con el tal niño llamado Jungkook.

La verdad los veía muy normales, nada importante. Hasta que ve que el chico que parecía mayor que Jungkook, Que la verdad tenía unos bellos ojos con un gran, un muy gran... culo se levantó de la pequeña mesa que lo separaba para plantarle un pequeño beso.

Eso lo hizo enojar la verdad, aunque desconocía el por qué.

Cuando menos se dio cuenta el hombre o adolescente se había ido.

Mantenía su mirada fija en el pequeño niño castaño. Hasta que...

−LA PUTA MADRE. –Gritó el pelinegro. −¡¿Por qué no te fijas?! ¡¿ESTÁS CIEGA O ALGO ASÍ?! –Sí, ya todos dejaron lo que estaba haciendo para ponerle toda su atención al chico que parecía muy enojado, porque la mesera le había tirado su café cortado en todo su pantalón.

−Dis-Disculpe, de ver-verdad no fue mi intención señor. – Hacía múltiples reverencias de disculpas.

−Aja, y con un "Lo siento" –Hizo comillas con sus dedos e hizo una voz aguda. –Vas a arreglar mi pantalón. –Todos seguían con su mirada fija en él, hasta Jungkook.

La mesera intentó decir algo abriendo su boca pero la interrumpió.

−Guarde sus porquerías de lamentos para alguien que le importe escuchar mierda. –Fue ahí cuando empezó a encaminarse a la salida, al estar fuera estaba por cruzar la calle pero algo, bueno, alguien lo detuvo antes de hacerlo.

Lamento si hay algún error.

Espero y disfruten la historia.


Intento matarte y tú quieres enamorarme. [Yoonkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora