No podría estar tan nervioso como ahora, durante la última semana han sucedido tantas cosas de golpe que todavía no puedo asimilarlas, para empezar, después del incidente en la fábrica donde perdimos nuestros sombreros (Por segunda vez) que componen el uniforme reglamentario fuimos directo a nuestro apartamento a dormir.
No obstante un día después por la mañana (Domingo) ocurrió algo extraño, alguien llamo a nuestra puerta alrededor de las 6:00 am, al abrirla hice un hallazgo bastante curioso, ante mí un pequeño saco con dos tricornios con algo de polvo yacían a mis pies.
Al principio creí que se trataba de una broma de Stroner, lo único que pasaba por mi cabeza era preguntarme si esa cosa explotaría en el momento que lo recogiera.
Miré alrededor del pasillo del edificio durante un par de minutos antes de meter los objetos con una escoba con delicadeza.
Afortunadamente todo prosiguió con normalidad, al menos hasta el día lunes cuando regresábamos de la academia, estoy casi seguro de que una silueta negra me observaba desde uno de los tejados de los edificios cercanos.
Inicialmente creí que padecía de paranoia, temiendo una posible venganza por parte Stroner o sus conocidos, era solo una suposición, pues él no ha vuelto a la academia desde aquel día, algunos rumores dicen que la academia lo suspendió durante medio mes y encima su padre le prohibió salir de su casa, ver a sus amigos, a su novia, entre otras cosas.
Pero terminé descartando esa teoría, Stroner esta incomunicado con el exterior, su séquito no hará movimiento alguno a menos que él de la orden.
Además, después de un exhaustivo interrogatorio a cada uno de los cadetes que asistieron al evento dudo mucho que Stroner salga de esta ileso. Al parecer los Oficiales de la academia buscaban una buena excusa para desmantelar los Duelos clandestinos, aparentemente Raúl y yo concedimos sus deseos de forma involuntaria.
Como agradecimiento me quitaron la sanción que Miranda me había impuesto, al fin, a partir de la próxima semana ya no tendré que ir a limpiar esos establos del demonio, el hedor infernal que emana de mí debería disiparse en unas semanas, si, así de mal estoy.
Como sea, el evento se repitió durante toda la semana, lo peor es que cuando esa persona o lo que sea que fuese se percataba de que estaba siendo observada desaparecía de mi vista.
Desde entonces me he sentido observado, por las noches escucho a alguien caminar por el pasillo al otro lado de nuestra puerta, digo es un complejo de apartamentos, no somos los únicos habitantes de este lugar, pero ya estoy acostumbrado a nuestros vecinos, tanto que soy capaz de reconocer sus pasos en plena noche, es algo que se adquiere cuando estas expuesto a la misma rutina 365 días al año.
Puedo asegurar que estos pasos son diferentes, los cadetes que se alojan en este edificio suelen dar pasos uniformes y secos, estos en cambio son desiguales y para colmo tienden a rechinar levemente conforme se desplazan por el piso de madera.
Hoy es sábado, acabó de salir de la academia, el insomnio me ha acosado durante toda la bendita semana, esa sospechosa silueta me observa desde un tejado cercano, grandioso.
No tengo tiempo para nada en estos momentos, ni bien llegue a mi destino me dejare caer en la cama y dejare que el sueño haga su trabajo.
Finalmente llego a la habitación, abro la puerta y veo una carta perfectamente colocada en la entrada, tiene mi nombre así que he de asumir que es para mí, parece que el cartero la pasó por debajo de la puerta, en fin la leeré después, ahora mismo... sniff... sniff... ¡Ugh! Todavía huelo a estiércol, me lleva... Bueno, un baño no debería hacerme daño.
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El Lamento de los Héroes
Ciencia FicciónUn héroe yace tendido en el suelo a punto de exhalar su último aliento, frente a él su archienemigo saborea su victoria y se deleita con el sufrimiento de su rival. Antes de morir, nuestro héroe vera pasar su vida frente a sus ojos de principio a fi...