~Parte Única~

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Aquel año académico fue duro para ambos en la ciudad de Los Ángeles. Siendo compañeros de carrera, desde hace exactamente ya tres años, Seung-Gil y Phichit se volvieron buenos e íntimos amigos.

Aunque ello, claramente aparentaban ante el resto.

Vivían en un sector residencial de la ciudad. Apenas lograron hacer contacto afín en la universidad, decidieron que lo mejor era vivir juntos en un apartamento, pues de dicha forma podrían repartir los gastos y tener mayor comodidad, a diferencia de cómo lo pasarían en una habitación dentro de una residencia estudiantil.

Fue un largo año en donde ambos decidieron trabajar a la par, con el objetivo de recaudar fondos y darse unas muy merecidas vacaciones, entre medio del estrés laboral y académico, que muchas veces les pasaba la cuenta.

Seung-Gil y Phichit eran para el resto de compañeros universitarios y vecinos, no más que amigos. Durante tres años, ambos supieron dar sus mejores jugadas para ocultar la realidad detrás de aquel montaje.

Una relación romántica a escondidas llevaban sobre su tan íntima y cercana amistad. Y, aunque a veces eran objeto de bromas por parte de sus compañeros, estos reían con los dientes apretados, como tragándose un fuerte jadeo por la verdad tras aquellas palabras en son de mofa.

Aquel año, ambos desistieron de viajar junto a sus familias a su ciudad natal. Creyeron que era una muy buena oportunidad para hacer algo distinto y, aquel año, Seung-Gil y Phichit decidieron pasar Navidad lejos de lo común.

Y viajaron hacia la isla Koh Phi Phi, en Tailandia.

E, ignorantes del futuro que les deparaba, ambos emprendieron un viaje que jamás sería olvidado por ellos, allí en donde una fuerte lección de vida aprenderían y, en donde algo muy dentro de Seung-Gil, cambiaría para siempre.

Y de la peor manera posible.

(...)

24 de Diciembre del 2004

Isla Koh Phi Phi, Tailandia.

Habitación 14, Village Beach Resort.

—Jóvenes, esta es tu habitación. —Uno de los encargados del recinto les dirigió hacia su habitación, les abrió la puerta y dejó al descubierto la belleza interior del cuarto.

Phichit sonrió emocionado. Seung-Gil enarcó ambas cejas y dio un leve respingo.

—¿U-una cama matrimonial? —espetó al empleado; este le observó de soslayo. Seung-Gil sintió que el estómago se le contrajo. Ingresó despacio a la habitación, arrastrando las maletas tras de sí.

—Oh, perdón... —dijo—. ¿No pidieron acaso una cama matrimonial?

—¡Claro que n...!

—¡Sí! —interrumpió Phichit, ingresando a la habitación y tirándose en la cama—. Yo pedí una cama matrimonial —sonrió de forma amplia.

El empleado suspiró aliviado.

—Oh, pensé que nos habíamos equivocado. —Observó de soslayo a Seung-Gil y sonrió—. Buena velada.

Dijo, guiñando un ojo al coreano, cerrando la puerta y retirándose del lugar.

Seung-Gil observó a Phichit, se cruzó de brazos y frunció el ceño. Phichit le observó con una inocente expresión en su faz.

—¿Te vas a enojar por algo como esto, Seung-Gil?

El mencionado solo siguió en aquella posición, observando con evidente enojo a Phichit, el que yacía tumbado en la cama.

Gracias a la Vida. | Seungchuchu #YOIRegionalMusicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora