Cuándo te darás cuenta de todo lo que me has hecho, Seongwoo. Cuándo sabrás lo importante que fuiste para mí, me salvaste de caer tan bajo a causa de una ruptura. Ahora estoy viendo como sales de tu clase en el inicio del nuevo ciclo. Nunca pensé esto, estar a tu lado. Te acercas a mí casi corriendo con una sonrisa, aquella sonrisa es tan grande. Yo no te merezco. No lo sé, la verdad no sé qué pensar sobre aquello. Eres demasiado para mí.
Ahora entiendo cómo te sentías cuando me veías todo este tiempo. Estoy tan enamorada de ti. Me gusta tu sonrisa, tu diente torcido, tus ojos, me gusta tu cuerpo y tus piernas tan largas. Todo, todo. Creo que he caído ante ti, he caído completamente y por favor, por favor, no me hagas daño como él lo hizo.Tú no eres él.
Me abrazas cuando me ves y nos quedamos así por un tiempo. Me estás mirando con esa sonrisa y yo igual. Es la primera vez que te veo así en la universidad, no tengo miedo de que alguien nos mire u opine y diga algo sobre nosotros, cosa que antes me preocupaba. En especial de alguien.
— Muéstrame cuánto me quieres. —dije.
Sin temor alguno, no dudaste en darme un beso. Nuestro primer beso al frente de toda aquella gente que estoy segura que nos miraban más de uno. No tuviste miedo y profundizaste el beso. Me sorprendí y casi retrocedí, pero solo te abracé con más fuerza para intensificar aquel beso. Sin mover nuestros brazos del abrazo formado. Te separaste de mí con una sonrisa y yo te miraba con algo de sonrojo, pues todo el mundo nos había visto.
— ¿Así o quieres más?—me contestaste a lo que yo te empujé.
Te agarré del brazo y nos fuimos caminando por el pasillo.
— ¿Qué clase tienes? — preguntó.
— Ética. —dije con vergüenza, créanme llevar un mismo curso dos veces no es algo de lo que estar orgullosa, y evité tu mirada.
— No puedo creer que hayas desaprobado ese curso tan fácil. Acaso debo dejarte por lo tontita que eres. — arrugué la nariz con mi sonrisa y dejé de caminar. Te miré aun sonriendo.
— Pues esta tontita te va a dejar primero. Adiós.
Di una repentina vuelta que mi cabello suelto se movió con el. Escuché el grito de Seongwoo, pero no había preocupación en su grito. Era más risa que grito. Noté que se había detenido en seguirme cuando ingresé a mi salón de Ética, pues no vi a nadie detrás de mí.
Al llegar al salón, casi toda la clase ya se encontraba ahí. Nunca me llamó la atención ser la que se siente primera en la fila o en la última, el asiento perfecto es el del medio y ahí yo ya me encontraba. Aquellas carpetas eran de tres y el salón poseía gradas para que nadie se pierda de vista al profesor.
Sentí el dedo de una persona en mi hombro. Era una chica con una sonrisa tan tierna, tenía cerquillo, con cachetes rellenos, unos labios rellenitos y se veía como si aún estuviera en la escuela; ella era la definición de tierna.
— Hola, ¿sabes si este salón es el de Ética? — asentí y pregunté si era nueva en la universidad. — Sí, ya me voy confundiendo de salón dos veces en mi primer día.
— Eso me pasó muchas veces, ya te acostumbrarás. — Reí. Claro que eso era mentira. Ya han pasado casi dos años que estoy aquí y me sigo confundiendo con los salones.
— Soy Yoojung. — decía mientras realizaba una pequeña reverencia. Niños así deben haber el día de hoy, tan respetuosa y tierna.
— Soy Doyeon. — saludé con una sonrisa. — ¿Cuántos años tienes te ves tan joven para la universidad?
— Soy del 99.
Casi se me salen los ojos, esta niña, digo mujer, tiene completamente mi edad. El profesor comenzó a hablar repentinamente y enfoqué mi mirada en él. ¿Qué clase de comida le dieron para verse así de pequeñita?
— ¡Alumno! No se atreve a venir de nuevo tarde a mi clase. — gritó repentinamente que logró sacarme totalmente de mis pensamientos.
No puede ser.
Solo Ética me mataba la cabeza, pero no podré con Ética más Daniel.
Ética + Daniel = CAOS.
Nunca había resuelto un problema de "matemáticas" tan rápido y sin sentirme tan segura de la respuesta. Ayúdenme, por favor.
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Más que ayer. »KangDaniel
FanfictionYo lo encontré engañándome, se encontraba en nuestra cama con otra mujer. Cuando entré al cuarto, él sólo dijo. -Vete al otro cuarto. Yo hice caso. Lloré toda la noche. ibluna © 0018