El país de Los Sueños (cuento Infantil ) [terminada]

2.

-En el castillo, el príncipe vio el nacimiento de la estrella. Y aunque admitía que las estrellas eran bonitas, no le gustaba para nada. Recordó una de las muchas cosas que decía su padre, el rey.

-"Cada vez que nace una estrella, es porque alguien tiene un deseo muy puro que quizás no se le cumpla..."- El rey miró al cielo y se percató de que no había estrellas, entonces sonrió -"Las estrellas tienen un propósito. Cada una de ellas va atada a alguien. Nacen con el fin de inspirar, y cada vez que la persona a la que está atada la estrella, decide seguir sus sueños y hacer hasta lo imposible para tratar de cumplirlo. La estrella se apaga, pues ya ha cumplido su propósito en la vida."-

El príncipe sonrió, no había estrellas en su cielo. Porque todos en la ciudad, sabían lo importante de seguir los sueños y ser felices.

Todos los habitantes de la ciudad de los sueños o la villa de la felicidad (como la llamaba su padre) cumplían siempre sus sueños y hacían lo que los apasionaba. Era una regla de oro. Cuando algún pequeño mostraba interés en algo, sus padres no dudaban en apoyarlo. Y si el interés del niño cambiaba cuando crecía, no importaba. Los padres seguían apoyando sus nuevos intereses. Unas de las verdades, más reveladoras de la ciudad, era que la felicidad se construía con acciones. Y para los padres no había cosa más importante que sus hijos sean felices sin lastimar a nadie.

El príncipe no era amante de las estrellas. Pero ver una estrella no era un acontecimiento ordinario. Después de todo, cada vez que nacía una, no tardaba en apagarse, pues la persona a la que estaba atada, no duraba tanto sin encontrar la felicidad. El príncipe tomó un caballo y fue a caminar al desierto, quería ver la estrella desde un lugar lejos del ruido y las interrupciones de la ciudad de los sueños. Salió por la única puerta, ya que toda la ciudad estaba rodeada de altos muros que mantenían oculta la villa de la felicidad en el desierto. Caminó lentamente, y con cada paso sentía que estaba más cerca de ella. Y así fue como mientras caminaba, encontró al joven forastero.