La tierna primavera, sobre tu codiciado labio rebela inmadurez, que desea probarse, la belleza no debe ser en si malgastada, que si la flor hermosa no es cogida en su punto, se consume y aja apenas pasa el tiempo, toca al menos mis labios con los tuyos, tan bellos y así el beso será tan tuyo como mío. Tus mejillas conservan las huellas de sus despiadados maltratos, como guarda la nieve al caer cualquier huella. Perdóname que sea tan impertinente pero ese patán no te merece, el mar tiene sus límites, el perdón igual, mil veces le has perdonado y mil veces te ha fallado. Ahora mi hora ha llegado. Donde dos almas gemelas se encuentran, se descubre el amor. Déjame ser yo quien por las mañanas te cante al oído una bella canción y que por las noches antes de que la fulminante aurora se despida, ser yo quien transforme tus placidos sueños en divinos. No me digas que amor por mí no sientes, no seas como las personas que por orgullo, fingen ser distantes con las personas que aman. Guíame al umbral de tu pecho y déjame depositar en él, mi más tierno afecto. Mis acendradas intenciones permiten que a ti me acerque cual gota de roció al pétalo de una rosa. ¡Un beso te pido!, ¿es mucho pedir?, insistente no seré, pero tienes tres segundos antes que de mi piadosa oferta me arrepienta. Ruego cariño que después no te sorprendas cuando el primer descuido de tus parpados velozmente aproveche, para que así juntar mis labios con los tuyos tan bellos pueda. ¡Te digo esto porque culpa alguna en mí, no habrá!
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DÉJAME SER YO
RomanceRelato donde se hace una cordial invitación a una chica para que sea ella la dueña de sus días y de sus noches