ALEC

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Tan solo nos separa el vidrio de la tienda. Solo me quedan 5 minutos para correr hacia él. Miro hacia afuera desde atrás del mostrador y estoy deseando que acabe mi día laboral para conseguir mi libertad para el resto del día. Con esos pensamientos, acaba de entrar un cliente con unos ojos color miel. Esos ojos que inundan de sentimientos mi corazón, pues siempre que veo a alguien con ese color de ojos me acuerdo de los de él. Aunque realmente pienso en él las 24 horas del día.

- Perdone, pero le estoy hablando.

- Disculpa –digo.

Atiendo al cliente y antes de irse sus ojos color miel se posan en mí.

Puedes volver a casa. Ya ha acabado tu turno. -Me dice mi jefa mientras me incorporo.

- Vale, gracias.

La sonrío, me despido y voy camino a casa.

De camino a casa veo una tienda de joyas. Desde afuera observo el escaparate con sorpresa y felicidad, acabo de encontrar el anillo perfecto para pedirle matrimonio. Llevo días pensando en pedirle la mano. Llevamos casi un año de relación y 6 meses viviendo juntos. Él tiene 18 y yo 30. Lo sé, la diferencia de edad es muy abrumadora, pero le quiero. Nuestras familias a pesar de ser muy cercanas nunca han aceptado lo nuestro, y no por ser los dos hombres, si no, como ya he dicho, por la edad tan grande que hay entre nosotros. Mi madre incluso me dijo una vez: "Podría ser tu hijo". Esa frase jamás podré borrarla de mi mente. Es cierto, totalmente cierto, pero nadie escoge de quién se enamora. A pesar de que nuestras familias no lo aceptaran, nosotros decidimos vivir juntos aún sabiendo que jamás nos llegarían a perdonar por tan imprudente decisión. A pesar de intentar evitar por todos los medios que viviéramos juntos, lo hicimos. Ellos desde el día que fuimos a vivir juntos no han venido a vernos ni hemos vuelto a saber nada de ellos. Sabemos que no nos lo perdonarán, pues ellos no están nada de acuerdo con que estemos juntos, ya que no ven lógico que nos llevemos 12 años. Piensan que es algo totalmente irracional.

A pesar de saber que hay muchas probabilidades que él me diga que no al matrimonio quiero intentarlo. Sé que casarme no es buena idea y que en algún momento nuestras familias se enterarán y se armará una grande, pero ya me da igual lo que piensen, debo empezar a mirar por mí. Nadie me dice que he de hacer o que no he de hacer. Posiblemente él no accederá, ya que él jamás ha querido casarse con nadie, piensa que es gastar dinero absurdamente, que una boda produce muchos gastos. Es muy precavido con el dinero, creo incluso que demasiado, justamente por eso mismo está estudiando para llegar a ser un buen empresario en un futuro. A pesar de ello, a pesar de saber que seré rechazado por él, quiero pedirle matrimonio.

Entro en la tienda y nada más hacerlo ya he visto un anillo con una A grabada, perfecto para él. La A es la inicial de su nombre. El anillo es sencillo y perfecto a la vez. Cojo el anillo, lo pago y antes de que lo ponga dentro de la cajita le digo a la dependienta:

Puedes poner dentro de la caja una nota que ponga: Alec, ¿Quieres casarte conmigo?

Claro.

Me sonríe y le devuelvo la sonrisa acompañada de un gracias.

Que extraño, no me ha dicho nada sobre él, sabiendo que Alec es nombre de hombre. Bueno, por suerte todo el mundo con el que me cruzo no es homófobo.

***

Por fin llego a casa. De aquí a 2 semanas será su cumpleaños, que coincide con el mismo día que hacemos un año de relación. Ese será el mejor día para pedir que se case conmigo, no sin antes hacerle una fiesta sorpresa con todos nuestros amigos. Después de la fiesta le diré de ir a dar un paseo y me pondré un traje para que me vea guapo y así agradarle. Le llevaré a la playa y se lo pediré en algún buen restaurante acompañados de una buena comida. Sonrío al pensar en el día perfecto que acabo de crear en mi mente y me guardo el anillo para luego entrar adentro cerrando la puerta detrás de mí.

ALECWhere stories live. Discover now