PRÓLOGO

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Harry 


 Acabo de darle un puñetazo en la cara a un chico. Y no a cualquier chico. A mi mejor amigo. Mi compañero de cuarto. Bueno, supongo que desde hace cinco minutos debería estar llamándolo mi ex-compañero de cuarto. 

Su nariz comenzó a sangrar casi de inmediato, y durante un segundo, me sentí mal por haberlo golpeado. Pero entonces recordé lo puto, traicionero y mentiroso que era, y me dieron ganas de golpearlo de nuevo.  Lo hubiera hecho si Hunter no lo hubiese impedido, parándose entre los dos.

 Así que en vez de golpearlo de nuevo, lo golpeé a él. No le hice ningún daño, por desgracia. Nada comparado al daño que le hice a mi mano. Golpear a alguien duele mucho más de lo que me imaginaba. No es que me pase una cantidad excesiva de tiempo imaginando cómo se sentiría golpear a la gente. Aunque comienzo a sentir el impulso de nuevo al observar mi teléfono, al mensaje de texto entrante de Louis.

 Él es otro de quien me gustaría vengarme. Sé que técnicamente no tiene nada que ver con mi situación actual, pero podría haberme avisado un poco antes. Así que también me gustaría darle un puñetazo. 

Louis: ¿Estás bien? ¿Quieres venir hasta que la lluvia se detenga? 

Por supuesto que no quiero ir. De por si, mi puño ya duele lo suficiente. Si fuese al departamento de Louis, me dolería aún más luego de haber terminado con él. Me doy la vuelta y miro hacia el balcón. Se encuentra apoyado contra la puerta corrediza de vidrio, teléfono en mano, mirándome. Es casi de noche, pero las luces del patio iluminan su rostro. Sus ojos se centran en los míos, y la forma en que su boca se curva hacia arriba en una sonrisa suave y arrepentida, hace que sea difícil recordar por qué aún estoy molesta con él. Se pasa la mano libre por el cabello que cuelga sobre su frente, revelando aún más la expresión de preocupación en su rostro. 

O tal vez sea de pesar. Como debe ser. Decido no responder, y en su lugar le enseño mi dedo medio. Niega con la cabeza, y se encoge de hombros, como diciendo lo intenté, para luego entrar a su apartamento, deslizando la puerta para cerrarla. 

Pongo el teléfono en mi bolsillo para no mojarlo, y miro a los alrededores del patio en el complejo de apartamentos donde he vivido durante dos meses enteros. 

Cuando nos mudamos, el caliente verano de Texas se tragaba hasta los últimos vestigios de la primavera, pero parecía que este patio de algún modo aún se aferraba a la vida. Vibrantes hortensias azules y púrpuras decoraban las pasarelas que conducen a las escaleras, y la fuente colocada en el centro veía un flujo constante de visitantes jóvenes. 

Ahora que el verano ha llegado a su pico más atractivo, el agua de la fuente se ha evaporado desde hace tiempo. Y las hortensias son un recuerdo triste y marchito de la emoción que sentí cuando Alex y yo nos mudamos aquí. Mirando el patio, ahora vencido por la temporada, veo un inquietante paralelismo en cómo me siento en este momento.

 Derrotado y triste. 

Me encuentro sentado en el borde de la fuente de cemento ahora vacía, con los codos apoyados en las dos maletas que contienen la mayor parte de mis pertenencias, esperando a que un taxi venga a recogerme. 

No tengo idea de a dónde va a llevarme, pero sé que preferiría estar en cualquier otro lugar que en donde estoy en estos momentos. Lo que es... bueno, sin hogar. Podría llamar a mis padres, pero eso sólo les daría razones para comenzar a dispararme con todos esos "te lo dijimos." 

Te dijimos que no te mudaras tan lejos, Harry.

 Te dijimos que no te lo tomaras en serio con ese tipo.

Someday (Traducción - Adaptación LARRY STYLINSON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora