"El Sufrimiento de Ruki"

♥Ruki no llega♥

Ya habían pasado varias semanas desde aquel suceso que marco la separación definitiva entre el enano y el bajista.

Ruki en verdad que la estaba pasando mal, vivir sin la compañía de su querido bajista era doloroso.

Pero por otro lado teníamos a nuestro rubio bajista que se la pasaba de lo más lindo con el labios de pato y es que sin saber cómo cuando menos se dio cuenta quedó totalmente embriagado y enamorado de ese castaño y cuando se entero de que ese hombre de hermosas piernas también sentía cierta atracción por él, no dudo en terminar su relación con el enano, claro que si le dio tristeza ver al menor suplicarle que le diera otra oportunidad de volver a conquistarlo, el como derramaba lágrimas de dolor
¡Claro que si le dolió!
Pero tampoco era como si dejaría escapar la oportunidad que tenía con el castaño que había robado su corazón.

Ese día tenían que ensayar y Kai estaba con los nervios de punta esperando a los chicos en la sala de ensayo y es que los últimos ensayos habían sido un verdadero desastre. Desde que Ruki y Reita habían terminado su relación, el ambiente de los ensayos era muy tenso, además de que Ruki se equivocada a cada instante y Aoi decía que así no podía concentrarse.

El enano se había vuelto más gruñón y caprichoso, pero claro que todos sabían que tras esa imagen de niño remilgado y caprichoso el enano escondía todo su dolor, él podía decir todo lo que quisiera, pero sus ojos, sus ojos no podían mentir, esos ojos que cada día lejos de recuperarse se volvían más opacos y fríos. Y eso por supuesto que preocupaba demasiado a Kai, él siempre había tenido cierta debilidad hacia el chaparrin, pero ahora su debilidad había aumentado considerablemente.

El dolor de Takanori también le afectaba de sobremanera a él, le preocupaba mucho el estado en el que se encontraba el vocal y aumento más esa mañana cuando por fin habían llegado Aoi, Uruha acompañado de Reita y el enano no llegaba.

Paso alrededor de una hora y aún no daba señales de llegar, Kai ya llevaba mandándole como 100 mensajes y haciendo como otras 100 llamadas que Jamás eran contestadas, no aguantando más y parándose por no se cuanta vez en la mañana se dirigió con pasos fuertes y ceño fruncido a la puerta, los demás se voltearon a mirarlo atentamente y Reita fue el que lo detuvo antes de que saliera de la habitación.

—¿A donde vas Kai? —El coraje que ya sentía el pelinegro porque ninguno de sus compañeros parecían preocuparse mucho por el vocal del grupo, aumento considerablemente cuando el culpable de que el vocal estuviera en depresión le detuviera con esa absurda pregunta, soltó una risa sarcástica antes de responderle.

—¿A donde voy dices? —Levanto una ceja y continuó— voy a ver porque Takanori no llega, voy ha ver si no es que algo malo le paso —y sorprendentemente le grito a Akira— ¡voy ha ver si todavía sigue hundido en esa maldita depresión en la que le dejaste Akira! —soltó un suspiro para tranquilizarse— Voy a ver si no es que necesita algo, con permiso —Y sin más salió dejando a todos ahí pasmados, Kai nunca le había gritando a nadie.

Reita bajo el rostro y estrello su mirada en el suelo sintiéndose fatal, ya que sabía perfectamente que Kai tenía mucha razón.

El pelinegro salió casi volando en dirección al departamento del menor y es que en realidad ya estaba empezando a pensar en lo peor.

Al llegar toco el timbre insistentemente, pero nadie le habría y eso le desespero aún más de ser posible. Iba a golpear la puerta hasta derrumbarla, pero se detuvo cuando escucho que unos pasos se acercaban desde adentro y posteriormente la puerta fue abierta y le vio a Ruki ahí parado, tan vulnerable, con los ojos rojos e iniciados haciendo notar que había estado llorando, con unas ojeras asomándose bajo esos orbes cansados y apagados, con el cabello despeinado y aún en pijama, sintió una punzada atravesar su corazón, quiso llorar al ver así al menor y sin más rápidamente lo estrecho entre sus brazos, Ruki no pudo evitar soltar un gemido ahogado lleno de dolor.