Aquí estaba de nuevo sentada bajo la sombra de un gran árbol mirando el campus repleto de estudiantes con regalos de aquí para allá, claro era 14 de febrero, día de San Valentín, el día para demostrar el amor.
Y aquí estaba yo con la tarjeta que hice yo misma, trabaje en ella toda la noche y ahora no me atrevía a caminar hacia él y dársela, era demasiado cobarde. Mire al frente y me econtre con su grupo de amigos a solo unos metros lejos de mí, solo era cuestión de ponerme de pie y caminar hacia ellos. Me puse de pie, pero al mirarlo ahí con su cabello ligeramente despeinado, su chaqueta de cuero acariciando sus músculos, sus pantalones torneando sus piernas, los rayos del sol besando su piel, sus ojos… su boca.
Negué con la cabeza, acomode mis gafas en su lugar y tome mi mochila, mire la tarjeta y a Justin de nuevo, reí melancólica “Jamás se la daré” me dije en la mente. La metí en mi mochila y con mi libro de Orgullo y Prejuicios aprisionado entre mis brazos, empecé a caminar con la cabeza agachada. De pronto sentí como choque con alguien, cuando mire para arriba me sorprendí y rápidamente baje la mirada.
-lo siento- murmure apenas audible.
-descuida ¿estás bien?- pregunto, eso me hizo sonreír un poco, solo asentí -¿segura?- pregunto agachándose un poco intentando buscar mi cara.
-si- le conteste sin más.
-bueno…- él fue interrumpido y yo sentí como mi cuerpo perdía el equilibrio y terminaba en el suelo.
Mire a mi lado izquierdo y ahí estaba Hana mirándome con una gran sonrisa mientras sostenía una cubeta vacía, obvio antes ahí había agua pero ahora yo me encontraba empapada, mis gafas se habían quebrado y una mejilla tenía un raspón y el labio inferior me sangraba un poco, podía sentirlo. Rápidamente busque mi libro y abrí la boca cuando lo encontré. Estaba a un lado de mi roto y mojado, era un regalo de mi madre, era una edición especial, me hinque y tome mi libro o lo que quedaba de él. Me puse de pie y mirando para abajo.
-con permiso- murmure antes de salir corriendo de ahí.
-¡Hey!- escuche como intentaban llamar mi atención, pero yo no los escuchaba solo abrazaba más mi libro.
Tendría que cambiarme, “¡Mierda!” me dije mentalmente al recordar que lo que tenía en mi casillero no era mi estilo, la verdad jamás pensé que lo usaría. Cuando llegue a mi casillero di un suspiro cansado, tome la ropa y me dirigí al baño de las chicas. Era un pequeño short que estaba roto de las puntas por donde van las piernas. Una blusa de tirantes suelta que no me tapaba de todo el estómago y la verdad no era de la clase de chica que tienen un estomago plano, me maldecí por no tener un suéter o unas mayas para taparme más. Me coloque de nuevo mis tenis converse, tome mi largo y lacio cabello rubio en una coleta de caballo despeinada y tome el maquillaje que aún estaba sin estrenar, puse un poco en mi mejilla y entonces me di cuenta que se notaba así que tenía que usar en toda la cara.
Tome un lápiz labial rojo y me coloque en mis delgados labios, mis pestañas eran largas, rizadas y negras, hacían resaltar mis bonitos ojos azules celestes. Tome mi ropa mojada y mi mochila. Di un gran suspiro y Salí del baño.
Salí del baño e inmediatamente las miradas se posaron en mi “Mierda, sabía que no debía ponerme toda esta mierda” me regañe a mí misma, camine ignorando las miradas de los chicos en mí, cuando llegue a mi casillero me di cuenta que solo tenía mis lentes de contacto, las otras gafas estaban en casa “vaya suerte la mía” puse mis ojos en blanco y me coloque las lentillas de contacto. Saque mi celular de la mochila y marque el número de mama. Sonó un par de veces y me contesto.
-Hola, ¿Pasa algo cariño?- pregunto ella preocupada pues yo jamás le llamaba cuando estaba en clases.
-Hola mami, si, veras, ya sabes que soy algo boba y me tropecé al bajar una escalera- sabía que iba a decir algo así que me adelante –estoy bien, no te preocupes, simplemente que mis gafas se quebraron y sabes que odio las lentillas de contacto. ¿me podrías traer mis gafas?- pregunte mordiéndome el labio inferior.
-bueno cariño justo en este momento tengo que hacer un informe, pero en cuanto pueda te las llevo ¿ok?- suspire.
-está bien, te amo mami, adiós- sin más termine la llamada y metí el celular al bolsillo de mi short.
Me di la vuelta y mire a un grupo de chicos mirándome, fruncí el ceño, negué con la cabeza y seguí caminando dispuesta a esperar a mi madre sentada en la banca debajo de la sombra de aquel árbol donde pasaba la mayor parte del tiempo. Seguí caminando y todo mundo me miraba, algunas chicas me miraban con algo de enojo. Cuando logre salir al campus, inmediatamente las miradas se posaron en mí, entonces mire algo que me hizo sonreír. Justin y Hana estaban discutiendo, aun con una sonrisa en mis labios seguí caminando lentamente como si estuviera concursando por la caminata más lenta, miraba para un lado cuando de nuevo me choque con alguien fuertemente, perdí el equilibrio pero me tomaron del brazo estabilizándome.
-lo siento- dijo su hermosa voz que reconocí inmediatamente.
-descuida- conteste en un susurro.
-¿_______?- pregunto Justin con su ceño fruncido y su mirada estudiándome. Yo solo asentí con una sonrisa tímida -¿pero qué te hiciste?- me pregunto frunciendo aun más su ceño.
-pues no tenía otra ropa que ponerme- le conteste alzando mis hombros. El inmediatamente se quitó la chaqueta de cuero y me la puso en los hombros. -¿Qué haces?- pregunte dando una risita.
-así estas mejor, te miras linda lo admito, pero no me gusta así. Esto- dijo señalándome toda –no eres tú, prefiero a la chica de gafas y libros con jeans grandes y suéteres- me dijo regalándome una gran sonrisa. Yo abrí la boca.
-pero…- no termine mi frase.
-y pienso que eres la chica más dulce que hay, nunca nadie me había escrito algo así- entonces llevo su mano al bolsillo de su jean y saco mi tarjeta, yo abrí los ojos a mas no poder. Iba a decir algo pero mire el auto de mi mama y lo mire como una salida rápida.
-me tengo que ir- sin darle tiempo de nada mas Salí corriendo de ahí al auto de mi mama. Corría energéticamente cuando pude sentir como una fuerte mano tomaba mi muñeca y me hizo girar, de pronto choque con el fuerte pecho de Justin y me encontraba aprisionada en sus brazos.
-también me gustas ______ desde hace tiempo, solo invitaba a mis amigos aquí afuera para poderte mirar, sentía que eras malditamente inalcanzable para mí porque tú eres la chica con calificaciones perfectas, la chica correcta y yo apenas y logro salir bien en las materias, tu lees un libro a la semana y yo lo hago en meses. Me gusta cómo eres de tímida, como el viento te despeina el cabello… siempre me ha gustado- cuando termino de decir eso sentí sus tibios labios tomar los míos.
Y mi yo interior estaba muy feliz, por fin Justin sabía que me gustaba y lo mejor era que yo también le gustaba a él. Subí mis manos a su nuca y las entrelace ahí mientras él se aferraba a mi cintura. Tal vez después de todo no sería un san Valentín tan malo.