Chat Noir no está.
Chat Noir se ha ido.
Lo supo cuando leyó aquella carta, en la que él se despedía.
Hola, my lady.
Te escribo esta carta con todo el dolor en mi corazón para despedirme de ti.
No es que quisiera hacerlo pero es algo ya decidido, aunque me tardé un poco pensando en si era lo mejor. Llegué a la conclusión de que sí.
Tengo muchos problemas de los cuales, por cobardía, escaparé.
Iré a un lugar mejor...
Algún día volveremos a encontrarnos, estoy seguro.
Recuerda que te amo, Bugaboo.
Chat Noir
¿Qué problemas han de ser con los cuales Chat Noir no pudiera lidiar?
Él era un chico valiente, lo había constatado. Jamás abandonaba nada, siempre corría riesgos, incluso por ella.
Lo había buscado durante un año por todo Europa, Asia, África, América, con la esperanza de encontrarlo y ayudarlo. Pero no había ni rastros de él, era como si la tierra se lo hubiera tragado.
Pensó en lo peor.
Se suicidó.
Y allí estaba ella, contemplando el paisaje nocturno, mientras el frío de la brisa la abrazaba.
Cerraba los ojos, trayendo a su mente la imagen de su compañero gatuno.
—¿Por qué hiciste eso, gato tonto?— murmuró al silencio de la ciudad.
¿Qué haría ella sin aquel gato meloso y coqueto?
¿Quién le contaría chistes malos que daban risa por pena?
¿Quién le daría sobrenombres extraños, pero cariñosos?
Nadie más.
Solo Chat Noir podía hacerlo.
Y él estaba ausente.
Se sentó y se abrazó a sus rodillas, hundiendo su cabeza entre ellas, mientras comenzaba a llorar.
La brisa era cada vez más fría, lo cual la hacía titiritar.
Miró hacia el cielo, mientras una lágrima descendía por su mejilla.
—Te echo de menos, Chat— susurró.
Quedó unos minutos más observando el paisaje, hasta que el frío se le hacía mayor, por lo cual decidió que ya era hora de volver a su hogar.
Rascó sus ojos mientras se ponía de pie, eliminando algunas lágrimas. Estiró su yoyo con intenciones de lanzarlo a algún edificio cercano para impulsarse.
—Buenas noches, my lady.
Se escuchó una voz masculina tras ella.
La heló.
Reconocía a quién pertenecía.
A él.
Se volteó levemente y lo vio.
Parado, con su típica sonrisa felina.
¿Estaba soñando? ¿Estaba enloqueciendo?
Sacudió la cabeza y entrecerró los ojos.
Él seguía ahí.
No era un sueño.
Era real.
¿Cómo era aquello posible?
—Chat...— murmuró antes de abalanzarse sobre él para atraparlo en un abrazo.
Él correspondió su gesto algo sorprendido.
—Estás vivo...— murmuró al separarse, mirándolo a los ojos.
—Pues por supuesto ¿Por qué no lo estaría?— respondió despreocupado.
—Pero yo pensé que...la carta...— balbuceó.
—Oh, la carta— se rascó la nuca —¿No habrás pensado que...
Ella asintió.
—¿En serio pensaste que yo sería capaz de eso? ¡Prrr favor! Además si lo hacía, no moriría porque me sobraría seis vidas más— guiñó un ojo.
Ladybug rio, pegándole levemente en el pecho.
Él había vuelto, con su típica carisma.
—¿Entonces qué fue lo que te pasó?— preguntó volviendo a expresar seriedad.
—Bueno, tuve problemas de civil y...tuve que salir del país por un tiempo.
—¿Y no pudiste simplemente haberme dicho eso? Te busqué por todas partes. ¿Sabes cuántas noches he pasado sin dormir?— reprochó con dolor.
—¿Te preocupaste por mí?— preguntó divertido. Parecía importarle poco la situación. Estaba jugando con fuego.
—¡Pues por supuesto que sí, gato tonto!— apoyó su índice en su pecho, señalandolo —Para la próxima sé más claro, por favor— pidió notandose frágil.
Chat Noir sonrió de lado.
—Lo que usted mande, my lady— la volvió a abrazar.
Dije que tenía una versión en que Chat Noir desaparecía y Ladybug sufría su ausencia.
¿Opiniones?
Gracias por su apoyo!!! :)
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Una mariquita en la oscuridad [ONESHOT]
FanfictionChat Noir no está. Chat Noir se ha ido.