-Es hora de levantarse.
La melosa voz de Will me despertó mientras me movía un poco para que me levantara. Un gruñido salió de mi garganta y a regañadientes me incorpore en la camilla.
-Te vez horrenda por la mañana. -soltó una risa.
-Aprecio la sinceridad. -rodé los ojos y cepille mi cabello con mis dedos.
Will me indico que antes de poder salir iba a hacerme un par de chequeos más para asegurarse que todo estuviera bien. Después de unos quince minutos oficialmente me dio de alta.
-Bien, pues todo parece normal pero tendrás que venir a verme una vez al día. -anoto algo en una hoja. -No podrás entrenar hasta que sanes por completo así que evita a Clarisse a toda costa.
-¿A quien?
-De hecho deberías mantener una distancia con los hijos de Ares. -sigo anotando y dando indicaciones. Se que no me ignoro a propósito pero debería saber que apenas y entiendo este nuevo mundo. -Te sugiero que hables con los Stoll tal vez ellos puedan controlar a sus hermanos, son hijos de Hermes, les gustan hacer bromas y a veces son un poco pesadas. Podrías lastimarte y abrir la herida de nuevo.
-Vale. -alargue la ultima letra mientras me colocaba los tenis.
-El desayuno ya casi empieza, date prisa. -se levanto e iba a irse pero se regreso con las mejillas sonrosadas. -Hable con Nico ayer y logre convencerlo de que te de un recorrido. Posiblemente lo veas en el comedor; te advierto que no es muy sociable y a veces es un poco borde o muy callado pero creeme es un buen chico.
-Si cuida de ti no cabe duda de que lo es. -me acerque y lo envolví en un abrazo susurrándole un «Gracias.»
Después de abrazarlo él volvió a sus labores en la enfermería y yo por fin fui libre. Cruce la puerta de la enfermería como aquella noche cuando conocí a ese misterioso chico. A pesar de ser muy temprano ya se podía sentir un pequeño ajetreo en el campamento, los chicos salían de sus cabañas y se integraban con sus amigos dirigiéndose todos a un mismo lugar, al comedor. Por un momento pensé que pasaría ese momento incomodo de cuando eres nuevo en una escuela y todos se te quedan viendo como un bicho raro pero no, aquí nadie me miraba de esa forma y realmente me hacia sentir como si perteneciera a este lugar, como si fuera una pieza de mi vida que encajaba a la perfección.
Una vez que llegue a las mesas no sabia que hacer, todos parecían tener un lugar determinado y no sabia cual seria él mío. ¿A ahora que hago? Me arriesgo a sentarme en algún lugar o...
-¿Perdida, señorita? -la voz de un chico a mis espaldas me hizo voltear y cuando lo hice observe la sonrisa más grande que hubiera visto. Pertenecía a un chico de piel morena y orejas puntiagudas, su ropa manchada de aceite daba ese toque peculiar.
-¿Se nota mucho?
-Solo un poco pero no se preocupe a todos nos paso. -se ríe un poco. -Soy Leo Valdez, hijo de Hefesto, a su servicio. -hizo una breve reverencia haciéndome reír.
-____ De Silva, honorable caballero. -lo imite y este me sonrió.
-¿Aun no te reconocen? -pregunto con una ceja alzada.
-Me temo que no. -me encogí de hombros y el me sonrió.
¿A éste chico no se le acalambran las mejillas?
-No te preocupes ya lo harán. Acompañeme señorita, la llevare a su mesa. -me guió entre los campistas hasta detenerse en una mesa que estaba repleta. -Hasta que no te reconozcan tendrás que quedarte con los hijos de Hermes, te recomiendo que guardes tus cosas muy bien, tienen dedos ágiles.
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Before You Go | Nico Di Angelo Y Tú |
Fiksi PenggemarLa llegada de una mestiza al campamento pondrá de cabeza la vida de Nico, teniendo que elegir entre la persona que le da paz y seguridad o guiarse por los nuevos sentimientos que surgen en él.