Toco el timbre de la casa de Tiffany. Antes de llegar compré un lindo ramillete de orquídeas en la floristería ya que casi no pude conciliar el sueño después de lo de anoche.
Qué idiota fui teniéndola ya entre mis brazos y casi a punto de hacerla mía me acobardo como un estúpido. Me sigo preguntando qué clase de hombre soy.
Por tercera vez toco el timbre. Espero otro minuto más, y nada.
Tomo el ramo de orquídeas y lo dejo justo a un lado del marco de la puerta junto con una nota anteriormente escrita. Doy media vuelta para marcharme, pero entonces la puerta se abre, y en un hilo de sombra que se asoma detrás de ella, la veo. Sus ojos son un mar de sensaciones que hace que mi cuerpo reciba una dosis de electricidad que eriza cada poro de mi piel.
Termino de abrir toda la puerta y la contemplo, la persona que llena de luz que algún momento conocí, hoy es solo un celaje de un recuerdo que vive en mi mente, su sonrisa ya no está, sus labios se han cerrado dando a entender que no hay nada que hablar, el cuerpo que anoche era mío, hoy esta tan blanco como un fantasma.
Pero nada es más preocupante que los retazos de tela que se ajustan a su frágil cuello.
me acerco a ella, y lloramos en silencio bajo el sol sepulcral; porque a veces hay preguntas que no necesitan de una respuesta.
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Dibujando Aquel Corazón
Short StoryDibujamos aquel corazón en un verano , y el invierno ha dejado un borrón del recuerdo de nuestro amor. de lo que pudo ser y no fue , del sueño que quisimos pero no se logro . El se fue dejando a su espalda promesas vacías ,palabras dichas bajo el...
