Capítulo 9

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Chloe.

Estaba entre apuñalar a Kylan o lanzarme a sus brazos y besarlo hasta perder el sentido.

Malditas hormonas. Controlate, Chloe.

Me encontraba sentada en el asiento del copiloto junto a él, tenía las mangas de la camiseta remangadas hasta los codos mostrando los antebrazos, con una mano sostenía el volante y con la otra estaba tando toquecitos a su muslo siguendo el ritmo de la canción que se reproducía en la radio.

Cada cierto tiempo despejaba sus ojos de la carretera y me miraba sonriendo. Como si supiera algo que yo no sé. Lo cierto era que sus ojos parecian brillar, o tal vez era las luces de los coches en la penumbra de la noche.

- ¿Cuándo pensabas decirmelo? - me preguntó sin despejar sus ojos de la carretera, yo estaba demasiado ocupada observándolo para darme cuenta que se dirigía a mi.

- ¿Eh?

Miró hacia mi mientras las esquinas de su boca se levantaban en una sonrisa, bajó el volumen de la radio.
- ¿Cuándo pensabas decirme que ibas a tener un hijo mio?

- Nunca, porque no es es tuyo - le espeté mirando hacia otro lado. Me concentré en la carretera, aunque no veía nada. Pero era mejor que mirarlo a los ojos y mentirle.

No era propensa a mentir, es más, no me gusta mentir. Y cuando lo hacía solía a no mirar a la gente a los ojos, porque no sería capaz. Muchas personas dicen que a través de los ojos es posible transmitar muchas cosas, sentimientos, palabras ...

- ¿Cuánto tiempo más vas a negarlo?

- Hasta que te lo creas - susurré para mi misma. Me volví para mirarlo y por la sorpresa de su rostro supe que lo había oido. Mordí mi labio inferior dándome una bofeteda mentalmente por siquiera haberlo confesado.

- No sé que tendrás en la cabeza, Chloe. Pero si piensas que sería capaz de deshacerme de mi hijo estas totalmente equivocaba.

Casi pude sentir la tristeza que desprendía su voz. Tragué saliva jugueteando con mis manos, ¿que se esperaba? Él es un criminal después de todo. No iba a jugar a las casitas conmigo, y yo no confiaría en alguien como él. Bajé los ojos a mi vientre, acariciarlo se había vuelta algo cotidiano desde que supe que lo tenía. Suspirando me volví hacia él. 

- ¿Lo quieres? - pregunté en un hilo de voz, casi pensé que no me había oído cuando volvió sus ojos hacia mi, estaban llenos de emoción.¿Qué esconderán tus ojos, Kylan? Bajó la cabeza olvidándose por completo de la carretera, pasó su mentón por mi mejilla, una suave caricia que me hizo estremecer hasta los dedos de los pies. Sentí su cálido aliento en mi oreja: 

- Quiero a ese niño tanto como quiero volverte a hacer el amor a ti. 

Se apartó dejándome excitada con los ojos totalmente abiertos, sentí el calor en mis mejillas y escuché su ronca risa. Mi piel se había erizado y mi mente se había quedado bloqueada. Volví a mi asiento con el corazón apunto de salirse de mi pecho, me apoyé contra el respaldo y mordí el interior de mi mejilla cuando las imágenes subidas de tono comenzaron a reproducirse en mi cabeza. 

Dijo sexo. Una sensación amarga se instaló en mi estómago. Él no lo quería, quería mi cuerpo y hacer lo que le diera la gana con el. Casi podía sentir la rabia saliendo de mí. Respiré unas cuantas veces intentando calmarme. Luego me volví hacia ventana ignorando a Kylan. Ignorando su olor, ignorando la manera que se movía a mi lado...

- Tienes que llamar a tu padre - giré bruscamente hacia él, mantenía su mandíbula contraída y sostenía con fuerza en volante, tanto, que sus nudillos se pusieron blancos. La última vez que vi a mi papá fue en el Z, luego hablé con él asegurándole que estaba bien. ¿Qué pasaría si descubría que me encontraba en un coche con Kylan Price? Le daría un ataque o algo.

Sin Límites ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora