Sus heridas

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Ji Hoo

Ella estaba en su cama, se había desmayado justo después de gritarle a Joon Pyo. Probablemente verle le había afectado. Ahora esto comprobaba su teoría acerca de la dulce Geum Jan Di y su pérdida de memoria. Se dio cuenta de ello en el momento.

Horas antes
— Entonces es así...— La había tenido en brazos, salvándola del impacto contra el suelo. Le daba gracias a Dios por haber estado tan cerca, un golpe en la cabeza podría hacerle sentir mal.— Entiendo.

— ¿Qué entiendes, ex-amigo?— Otra vez Joon Pyo. Se miraba como si quisiese asesinarle y probablemente así era.

— Es por ti— Escupió, no quería que su amistad se rompiese pero ese sentimiento era opacado por el hecho de que este era el culpable del sufrimiento de la mujer que amaba. Oh, sí, la amaba más allá de toda imaginación, y lo sabía desde hace mucho pero no podía ni iba a interferir entre ellos nunca mientras ella lo amara y él le correspondiera, haciéndola feliz. Bien, eso acababa hoy, de aquí en más iba a luchar por ella sin importarle nada— Tú eres la razón de su pérdida de memoria.

— Ji Hoo, no hagas...

— No, no voy a detenerme, Yi Jeong. No voy a dejar que esto pase de nuevo, déjenlo que se de cuenta de que la mujer que ama está mal por su culpa. Ha sido consentido desde nuestra infancia, a veces incluso más que a nosotros.— Le dijo a su amigo. Este parecía reacio a dejarle seguir pero simplemente calló, nadie osó interrumpir de ahí en más— Jan Di no nos olvidó, Gu Joon Pyo

— Eso ya lo sabía.

— No, no sabes una mierda— Él no era una persona de vocabulario estridente y vulgar pero este momento sobrepasaba su cordura y su tan legendaria calma— Mi... Geum Jan Di no nos olvidó. Ella olvidó todo lo que se relaciona a ti, todo lo que te concierne. La academia, nosotros, posiblemente hasta todas tus fechorías, tus acciones y tus regalos. Sus enemigas, sus amigos en ese lugar.

— Eso no lo puedes saber.

— ¿No puedo? ¿Entonces por qué lo primero que recordó fue en tu presencia mientras tu la acusabas de mentirosa y traidora? ¿Por qué se desmayó luego de ello, un recuerdo que obviamente es doloroso?

—No todo tiene que ver con esto, ¿y cómo se que ella está realmente sufriendo esto y no fingiéndolo?—Sus palabras eran totalmente fúricas y entendía un poco su perspectiva pero él ya no podía con esto, ella estaba en sus brazos, desmayada y probablemente en necesidad de medicina y allí se encontraba él, dudando de ella.

La madre de Geum Jan Di fue la que contestó, sus vestimentas eran extravagantes pero no caras por lo que era distinta de la entre aquí, pero eso a él nunca le había importado— Si pudiera hablar, Sr. Joon Pyo, mi hija realmente perdió la memoria— Joon Pyo la volteó a ver, sorprendido de que ella estuviera ahí seguro.

—Madre...

—Mi querida Jan Di fue arrollada por un auto en su camino de vuelta—Le dijo el padre de Jan Di esta vez. Su tono no podría dejar confundir la decepción y la furia que sentía— No me parece justo, Sr., que venga a acusar a una señorita enferma de fingir que la atropellaron.—La voz de él nunca se elevó, pero no por eso se veía menos enojado— Sr. Joon, dígame una cosa, ¿que tendría a mi hija, la persona más atenta que conozco, tan distraída para no ver a un carro? Siendo que ella solo había ido a verle y que no duró en ese lugar ni una semana— La acusación estaba hecha, y Joon Pyo salió culpable. Sus amigos no intervinieron, nadie iba a hacerlo, este era el discurso de un padre adolorido, un padre que sufría por su hija.

La única que se atrevía a interceder era la madre. Quien estaba regañando a su marido por ser tan brusco con el señor y que debería de calmarse.
Siguieron discutiendo hasta que se les ocurrió volver a casa, dejando a su hija aquí, con él. Obviamente el padre había protestado pero la madre le convenció que ellos no podían ajustar el dinero si Jan Di empeoraba en su custodia pero que él sí. Si hubiera sido en otro momento, él habría reído, pero le había sido imposible por la situación.

Susurros de la memoria •PAUSADA•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora