MAFIA DE CLANES

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«Sakura»

Los meseros corriendo de un lado a otro, las mesas estaban de cabeza, la porcelana y cristalería rota, desbordando sus contenidos en el suelo, acompañado de sangre, casquillos o cuerpos inertes.

Un vestido de novia rasgado, un traje hecho mierda por la presencia de sangre en el, una enfrentamiento innecesario, todo causado por un capricho, un vano y simple berrinche, había desencadenado una confrontación, un jodido desastre.

— Más te vale sacarnos de aquí Sasori

— No jodas sakura, estoy haciendo lo que puedo

Soy Sakura Haruno vengo de una familia familia de mafiosos. Fue en la boda de mi hermano que lo conocí pues a esa fiesta solo asistieron las familias más poderosas del crimen organizado de Konoha: Uzumaki, Hyuga, Yamanaka, Nara, Akimichi, No Subaku, Ama, Uchiha y Haruno por supuesto.

El día de la boda de mi hermano Sasori, mi hermano  mayor había decidido que se casaría con la hija del jefe anti-drogas de Japón,  Riku Hatake. Su padre era Kakashi Hatake el dolor de cabeza de mi familia y la familia Uchiha pues siendo las dos familias poderosas en el negocio, teníamos sobre nosotros los reflectore.

Hacerca de los uchiha no sabía mucho, solo lo necesario, lo que debía saber la menor de los Haruno, o lo que fingía saber para mantener la situación a mi conveniencia.

Mi padre Kisashi era un hombre de con caracter y es amaun peor cuando de su familia se trata. Aún recuerdo que cuando hubo el primer chico eni vida, casi le mata no es tolerante cuando de sentimiento y familia se trata.

Mi madre Mebuki por otro lado es abogada demasiado buena, dadas las circunstancias saco a papá de varios aprietos en más de una ocasión, como ya dije papá tiene su carácter. Mi madre se caso con él cuando tenía 22 años aun estudiaba en ese entonces, al año llego Sasori un pelirrojo de ojos miel, 6 años después llegue yo una niña de cabello rosado y ojos jade según mi madre una belleza exótica.

En esa boda hubo una redada la policía llego y rodeo la villa donde la recepción se llevaba a cabo, Kakashi entro por la puerta principal con pistola en mano, todos corrían de aquí para allá, todo aquel que traía consigo un arma respondía  ya fuese a  favor o en contra, una cortina de balas cubría la atmósfera, victimas caían en el proceso. Las chicas y yo nos resguardados tras una de las mesas, sacando el arma que traíamos con nosotras. Comenzamos a abrirnos paso en el fuego cruzado para llegar a las camionetas e irnos junto con las matriarcas, pero no la dejaron fácil.

Sin embargo, todo estaba bajo control,  Ino me cubría la espalda, hasta que una bala certera de Kakashi logro darme en el brazo, justo cuando tratamos de encontrar un lugar para cubrirnos mejor que la mesa donde estabamos. El grito causado por el dolor, retumbó en aquel lugar, el tiempo marchaba lento, las expresiones de mi padre y hermano eran indescriptibles, Ino sin saber que hacer, solo repartiendo balas a la capacidad que si pequeña pistola le permitía.

Pero cuando estaba a punto de caer, alguien me detuvo, era él menor de los hermanos Uchiha, un chico de cabello azabache , ojos tan profundos como la misma noche. Me cogio de la cintura, cubriendo con su mano libre la herida, gritando y ordenando cosas a quien sabe quién, nunca supe exactamente.

Salimos con Ino cubriéndonos las espaldas, afuera estaba mi madre junto a  las demás matriarcas. Comprenciblemente aterrorizadas por la sangre, pues está había manchado mi vestido, además de verse demasiado aparatosa dado el tono de mi piel.

— ¡Sakura! -exclamó mi madre con tono preocupado-

— No es nada, estoy bien, es hora de irnos, Uzumaki ¿Cuántas camionetas tenemos disponibles?