Despierto acalorada y miro a mi alrededor algo aturdida. Estoy en la habitación de Casleb, me miro, estoy acurrucada entre sus brazos. Noto su ardiente piel pegajosa contra la mía igual, es raro que no se haya despertado. Observo en silencio su rostro sereno, durmiendo en paz, su pelo rojo alborotado y el mechón que cae sobre su frente. Sonrío, y me doy cuenta de que, evidentemente, seguimos desnudos. Él al completo, yo aún tengo el sujetador. Me separo un poco por el calor pero me abrigo aún con la manta. Ya estamos entrando en invierno. Al moverme siento una punzada de dolor entre las piernas y miro la zona. Tengo sangre en la parte interna de los muslos. ¿Qué hora será? Casleb se mueve buscándome en la cama y cuando me encuentra vuelve a pasarme el brazo por encima de la cintura. Lo observo. Él... es tan perfecto... es guapísimo. Por dentro y por fuera. Su mandíbula distendida se mueve levemente mientras sueña y estiro la mano para apartarle el mechón que continúa sobre su rostro. Entonces parpadea un par de veces y me mira, con sus profundos ojos grises. Aparto la mano con cuidado, sintiendo haberlo despertado y le sonrío en disculpa. En cuanto se orienta me sonríe abiertamente y tira de mí feliz, para ponerme debajo de él. Le sonrío desde abajo y se inclina a besarme. Sabe a menta. Huele a menta y chicle. Me río y nos quedamos mirándonos un rato. Se le ve tan felíz.
-Te quiero- me susurra-.
Casleb me suelta y se sienta en la cama para ponerse los boxers, se levanta y me mira enrollada en las sábanas.
-Eres una puta obra de arte- me sonríe- te miro y me dejas sin aliento, Gabby- le sonrío avergonzada- voy a darle de comer a Demonio, ¿Quieres desayunar?
-Sí, pero primero voy a ducharme rápido- Casleb sale del cuarto y me quedo sola con mis pensamientos. Estoy felíz. Muy feliz. Me siento en la cama con cuidado y siento de nuevo la molestia pero muevo un poco las piernas y me acostumbro. Me quito el sujetador y me enrollo en la toalla, que seguía en el suelo desde anoche. Llevo mi ropa en brazos y me ducho rapidito. Me visto con unos pantalones de pijama cortos y una camiseta de algodón blanca. Me pongo mis calcetines grises, gorditos y peluditos que me llegan hasta mitad de los gemelos. Bajo así las escaleras y veo a Casleb abriendo la nevera, en boxers aún.
-¿Qué vas a desayunar?
-No sé, algo que haya por aquí suelto- me responde, pongo los ojos en blanco. Saca un yogurt de esos con cereales y coge una cuchara-.
-Pues Bon apetit- me encojo de hombros y me pongo un vaso de leche con chocolate, saco las galletas y lo llevo a la mesa-.
Lo miro echado en el sillón y no puedo evitar fijarme en su abdomen marcado, trago saliva. Demonio acaba de comer y se sube al sillón con él, aún comiendo su yogurt.
-¿No hace frío para estar por la casa así?- lo pincho, me sonríe con chulería-.
-Soy de sangre caliente, no me da frío.
-Qué fantasma eres- me burlo y se acerca a mí juguetón-.
Se coloca detrás de mi silla y se inclina sobre mi rostro, apoyando las manos en mis hombros. Algo que me provoca cierto nerviosismo, trago saliva.
-No me digas que no me notas caliente- sé que está sonriendo, respiro hondo y me relajo-.
-Eres un plasta- me quejo y se echa a reír-.
-Sabes que te gusta, pero te voy a dejar tranquila un rato- bromea y pongo los ojos en blanco-.
-Sí, mejor.
-¿Hoy quieres ir a algún sitio?- me quedo pensando-.
-Llévame en moto a algún sitio- le sonrío-.
-Sabía que la moto te iba a encantar, es que lo sabía- se echa a reír-.
-¡Aún alucino con que me hayas ocultado que tenías una maldita moto durante tanto tiempo!
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Algún día: Corazon de Melón
FanfictionGabby es una adolescente de 15 años que nunca se ha interesado por un chico. Excepto por Castiel, un personaje de Corazón de Melón, el juego que a ella tanto le gusta. Un día llega a clase un alumno nuevo con las mismas características que Castiel...